La mitad de la población que tiene alguna actividad laboral, formal o informal (es decir todo aquel que perciba ingresos por salarios, jubilaciones, honorarios, rentas, prestaciones sociales o “changas”), percibe menos de 10 mil pesos mensuales, mientras que el 10% más rico de los argentinos gana lo mismo que el 60% restante, según las estadísticas de distribución del ingreso del Indec.

Si se efectúa una proyección a todo el país, los datos señalan que alrededor de 9 millones de personas son las que reciben menos de 10 mil pesos mensuales y en promedio, el ingreso del total de los 18 millones de ocupados  (60,2% del total) fue de 11.533 pesos mensuales.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondiente al cuarto trimestre de 2016, entre el primer y el octavo decil de la población el ingreso medio per cápita llegó a 8.268 pesos, por debajo del costo de la canasta básica que define el nivel de pobreza, que en diciembre pasado era de 13.155 pesos. Las cifras oficiales indican que más de la mitad de la población tuvo ingresos promedio por persona por debajo de la línea de pobreza. El segundo decil tenía ingresos medios de 2.117 pesos, el  tercero de 2.869, el cuarto de 3.651, el quinto de 4.561 y el sexto de 5.386 pesos. En el lugar más alto de la pirámide social el séptimo decil tenía ingresos promedios de 6.515 pesos, el octavo de 8.268 el noveno de 11.126 y el décimo y más alto de 21.049 pesos.

De acuerdo con las cifras oficiales el sector más rico, el 10 por ciento de la población percibe ingresos equivalentes a los que reciben los primeros 6, es decir, que una décima parte de la población más rica gana lo mismo que el 60% más pobre.

El Indec informó que la mitad de los argentinos gana menos de 8.500 pesos por mes mientras que el ingreso medio se ubica en 9.509 pesos, según la actualización publicada por el organismo. El 10 por ciento de más ingresos acapara el 31,5% de la riqueza, los primeros 6 primeros deciles de menores ingresos, suman ingresos por el 32,2%.

Cabe recordar que el Indec modificó su metodología de estimación de estos valores el año pasado, luego de estar sospechado en la gestión anterior de “tocar” algunos números. La nueva administración del organismo elevó los canones para medir la pobreza, por lo que estos serían más “exigentes”, ubicando a más gente por debajo de la “línea de pobreza”.