Por Santiago Fraga

Con los puños en alto y las ideas fluyendo en alto ritmo, agosto será un mes más que significativo para el boxeador Matías Vidondo. No se trata de una nueva pelea por el título mundial, ni de defender la corona argentina de peso pesado que ostenta, y ni siquiera de un final crucial en la carrera de medicina, sino de un desafío que va mucho más allá.

En agosto, si los tiempos no se retrasan, en Mitre 785, donde históricamente se encontraba el boliche “El Sótano”, abrirá sus puertas al público en general el “Club de Boxeo”, un sitio donde más allá de la competencia se aprenda sobre el entrenamiento del deporte pugilístico y se contagie la pasión por los guantes.

En diálogo con Conclusión, anticipando lo que será su proyecto, Matías Vidondo aseguró que está “muy feliz de poder cumplir otro objetivo tan importante dentro de este deporte” que le ha dado tantas alegrías, y de “poder transmitir lo que yo siento por este deporte a la gente”.

“Yo sé que muchas veces que me subo al ring transmito esa pasión, lo siento cuando se llena Sportivo América por ejemplo, pero acá le voy a poder transmitir otra cosa que es la parte de entrenamiento que la gente no conoce o no ve, y eso es genial”, aseguró el campeón.

Y es que El Club de Boxeo no será un gimnasio cualquiera. El sitio está pensado para funcionar como un centro de boxeo y entrenamiento funcional, que es la práctica que realiza esde hace años con su preparador Gastón Amione, por mucho más allá del sentido de competencia.

“Estoy tratando de plasmar la pasión que yo tengo por este deporte en un gimnasio”, sostuvo el campeón argentino, aclarando que su idea “no es entrenar boxeadores” sino que sea “boxeo recreativo y acercar un poco al público en general”, que “ya no es sólo de los barrios”, aunque por ahí todavía se tienen “muchos prejuicios o una mirada distinta del deporte”, y poder transmitirles la pasión que siente por el boxeo.

No obstante, quien quiera ir a pelear o a entrenarse con idea de competencia también será totalmente bienvenido, pero la idea central siempre se mantendrá en que será un club “para que la gente se acerque a disfrutar este deporte y no como un gimnasio de guerra”, y que “no es la idea que compitan o que se golpeen siquiera”. En este sentido, también aclara que es totalmente abierto y receptivo tanto de hombres como de mujeres, a quienes asegura que ya ha entrenado a muchas y que las ha visto encontrar su pasión por el deporte.

Cómo será el club

El local cuenta con un tamaño de más de 200 metros, y estará equipado con entre 9 y 11 bolsas, 3 peras, 3 cielo y tierra y un ring, entre otras cosas. “Algo bien armado y de calidad para la gente”, anticipó.

Incluso, con ideas a futuro, Vidondo tiene ganas de incluir un proyector o pantalla gigante para que los sábados se puedan ver peleas o se utilice como espacio para dictar charlas. “Me interesaría también, que por medio de la Municipalidad estamos viendo si lo podemos hacer, de traer en determinados días algún grupito de chicos de algún distrito o un barrio para darles una clase de boxeo, contarles mi historia. Tengo varias ideas, y ya teniendo el lugar propio se hace todo mucho más fácil”, contó el neuquino.

Cómo surgió la idea

Hasta 2014, en el lugar funcionó «El Sótano»

El espacio de Mitre 785 fue, entre 2002 y 2014, la casa del histórico boliche de rock “El Sótano”. Matías lo conoció en esa época, pero para él ese lugar daba para algo más: “Recuerdo cuando conocí El Sótano que siempre pensé ‘Esto tiene que ser un lugar para dar salud, no un boliche oscuro’. Siempre tuve eso en la cabeza, y cuando fui a Manhattan, en Estados Unidos, entrenaba en el Mendez Boxing, que es tradicional de Nueva York y que también no es boxeo competitivo sino recreativo, pero es un sótano muy grande, hermoso. Fue de ahí que me vine con la idea fija de que tenía que hacer esto en Rosario”, relató Vidondo a Conclusión.

Futuro inmediato

Más allá de los planes que el boxeador tiene en la cabeza, lo cierto es que cuando inaugure el lugar, que según sus previsiones no debería pasar de entre tres y cuatro semanas, se encargará él de dar clases al mediodía y a la noche junto con Eduardo Álvarez, inminente profesor de educación física que cuenta con varias especializaciones en entrenamiento funcional y se hará cargo de esa parte y otros turnos.

La idea, también, es incluir otras disciplinas, aunque develó que le encantaría incluir taekwondo para niños y boxeo para los más chicos, aunue “como hay muchos prejuicios” con el deporte en la época infantil, es más fácil entrar primero con las artes marciales que con el box.

Finalmente, Vidondo hizo hincapié en que su gran sueño con este nuevo proyecto y este lugar es poder transmitir las enseñanzas que su carrera como boxeador profesional le han dejado, y hacerles saber a los chicos en situaciones más complicadas las opciones que tienen en la vida.

“Yo siempre tuve un poco la bandera de que el boxeo no es para el delincuente, como se estigmatiza. A mi me quedan finales para recibirme de médico, hablo otros idiomas, y aún así logré cosas que pocos han logrado en este deporte. Yo entiendo que muchas veces los chicos vienen de situaciones difíciles, pero no es una excusa, para nadie es fácil la vida, y lo que yo quiero transmitirles a ellos es que no es necesario ser boxeador o deportista y que sino hay que salir a robar. No, hay un montón de cosas, y yo desde los 20 años las hago y aún así tuve resultados”, finalizó.