Cientos de manifestantes realizaron la mayor protesta hasta ahora contra el reciente golpe de Estado y para exigir la liberación de los políticos detenidos. El partido de la líder depuesta dijo este viernes que está bajo arresto domiciliario en su casa en la capital del país del sudeste asiático.
El organismo no se había pronunciado hasta ahora, aparentemente por las suspicacias de China, país con representación permanente y derecho de veto, a condenar el golpe perpetrado por las Fuerzas Armadas.
El actual jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, tiene una causa en la Justicia argentina por genocidio y se autoproclamó líder por un año hasta que se celebren elecciones "libres y justas". "Todo el mundo sabe que los soldados están armados y pueden disparar", dijo Maung Mu, un vendedor de periódicos en Rangún, la ciudad más grande del país.
El golpe de Estado de la ex Birmania fue justificado por las autoridades castrenses debido a las "enormes irregularidades" producidas en el colegio electoral. Prometieron celebrar elecciones "libres y justas" después de la finalización del estado de emergencia. Restringieron internet y las comunicaciones por celular en todo el país.
El primer ministro de Bangladesh, Sheikh Hasina, dijo que su gobierno no obligará a los refugiados a regresar y que la repatriación solo ocurrirá si están dispuestos.
El accidente se produjo en el estado de Kachin, centro de la industria del jade, donde se registran a menudo catástrofes de este tipo.
Grandes zonas agrícolas y pueblos del país quedaron sumergidos por el agua, que en muchos casos llega hasta los techos de las casas.
El país asiático cuya religión principal es el budismo, fue acusado por estos días de realizar una “limpieza étnica” contra una minoría musulmana denominada rohinyás. El Sumo Pontífice también recalará en Banglades, donde se refugiaron.
La reunión, prevista hasta el 17 de noviembre reúne a los representantes de casi 200 países. “No debemos decepcionar a nuestros pueblos”, dijo el presidente en la inauguración.
Francisco manifestó que existen campamentos donde "hay 800.000 personas, 200.000 son niños, sin apenas qué comer, desnutridos y sin medicamentos", durante la misa matutina que celebra en el Vaticano.
El terremoto, de una magnitud de 6,8, se produjo sobre el final de la jornada en Birmania, cuando acuden al lugar numerosos turistas para observar la puesta de sol sobre las pagodas.