La ciudadanía francesa sigue mostrando su descontento en la víspera de las elecciones europeas.
La historia francesa registra con esta reciente lucha 13 muertos, 4.000 heridos y más de 10.000 detenidos. Los jueces han emitido casi 2.000 citaciones a los acusados para someterlos a juicio.
Se organizaron varias movilizaciones a lo largo y ancho del país europeo.
La Prefectura de la Policía de París, como ya es un clásico desde hace meses, semana a semana, emitió un decreto para prohibir las manifestaciones en los Campos Elíseos, la Asamblea Nacional y Notre-Dame de París.
Este 11 de mayo, los activistas del movimiento salen a las calles de Francia por el 26º fin de semana consecutivo.
Más de 5.300 personas dicen estar interesadas en el evento y 1.200 anuncian su participación en esta movilización, organizada con el tema "Contra la privatización de nuestros bienes públicos", convocados para este sábado.
Este movimiento, que se manifiesta cada fin de semana desde mediados de noviembre contra la política social y fiscal del gobierno, ha ido perdiendo fuelle a lo largo de los meses.
Los manifestantes con chalecos amarillos rechazan los controles de la Policía y ya hubo forcejeos y hasta algunos gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad para dispersar a la multitud.
El jueves por la noche, el presidente francés anunció en una rueda de prensa un conjunto de medidas destinadas a aumentar el poder adquisitivo de las clases medias y pobres.
Las críticas se enfocaron en que no hubo ninguna pista concreta ni giros, sino autocomplacencia.
Entre las medidas previstas, figuran bajar el impuesto a las ganancias para los trabajadores, al tiempo que se pretende vincular las jubilaciones más bajas con la inflación.
Gaspard Glanz será juzgado el 18 de octubre en la Corte parisina por "desacato a cualquier persona a cargo de la autoridad pública", tras ser detenido el pasado sábado en medio de una nueva protesta de los “chalecos amarillos”. Asegura que se trata de su “trabajo” y que no tiene “miedo”.