Un clima convulsionado se vivió durante el mediodía de este jueves en Laprida y San Luis, cuando denunciaron la presencia de una camioneta con explosivos estacionada frente a un edificio de la comunidad hebrea. Tras varias inspecciones, se comprobó que en el vehículo no había material peligroso, pero su conductor, que realizaba trabajos de plomería en la zona, quedó detenido.
El atacante suicida arremetió con un coche cargado de explosivos contra un hospedaje con funcionarios del Gobierno en Bardera, 450 kilómetros al oeste de la capital Mogadiscio. Aún nadie se adjudicó el ataque.
El ministro de Defensa de ese país, Daniel Molano, se constituyó en la única voz oficial que habló de un acto terrorista aunque sin mayores precisiones. Ninguna organización se atribuyó la autoría del ataque.
El atentado se dio contra miembros de las fuerzas de seguridad locales que se reunían con milicias de esa región para coordinar una estrategia conjunta en la una zona que hasta hace solo unos años controlaba el grupo extremista Estado Islámico.
Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad, pero los enfrentamientos entre los talibanes y el gobierno aumentaron en las últimas semanas.
Se produjo en el norte del país cuando hicieron estallar un coche bomba. El atentado, el enésimo de este tipo desde que las fuerzas turcas arrebataron el control de la zona al Estado Islámico, no fue reivindicado por ningún grupo.
El hecho ocurrió a las 8 hora local (02:00 de Argentina) en un puesto de control que conecta la capital somalí con la localidad de Afgoye.
Este ataque se produce en un momento en el que el Pentágono advirtió de un posible resurgir del EI en Siria y en el noreste del país, en donde continúan entre 14.000 y 18.000 miembros activos tanto en Siria como en Irak.
El portavoz del ministerio de Salud, Wahidullah Mayar, dijo que la mayoría de las víctimas trasladadas al hospital son civiles, incluidas mujeres y niños.
Las autoridades están investigando la causa de este incidente, en tanto explicaron que los heridos han sido trasladados al hospital para recibir la atención necesaria.
Washington, que busca poner fin a una guerra de más de 13 años -la más larga de su historia-, dijo que confiaba en llegar a un acuerdo antes de las elecciones presidenciales afganas de septiembre.
Ocurrió cerca del parlamento de Mogadiscio horas después de que una milicia ejecutara a nueve civiles de una tribu con presuntos vínculos islamitas.