La funcionaria respondió de esta manera a los dichos del presidente de la Confederación Episcopal Argentina, quien le reclamó al Ministerio de Capital Humano que entregue "rápidamente" la mercadería para los comedores y merenderos.
El funcionario dijo que hay personas encargadas de controlar que la mercadería no se venza e indicó que, en caso de ser necesario, la utilizarán.
Según un relevamiento, la gestión de Sandra Pettovello en el Ministerio de Capital Humano tiene cinco millones de kilos de comida en los galpones de la ex cartera de Desarrollo Social.
Un adulto que vive en Rosario necesitó en el mes de marzo $113.525 para pagar sus alimentos básicos. Las mayores subas de precios se dieron en carnes, verduras y lácteos.
Organizaciones realizaron cortes de tránsito en todo el país para pedir asistencia alimentaria y trabajo digno. En Rosario, referentes barriales alertaron que mucha gente perdió su empleo y, quienes aún lo conservan, no llegan a fin de mes a causa del aumento de precios.
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, encuentra al país en una difícil situación: los alimentos están cada vez más caros y los sueldos cada día valen menos. Ante esta situación, mujeres organizadas trabajan a destajo, vendiendo panificados o cartoneando, para asegurar el plato de comida en los barrios y contener a sus vecinos ante la crisis económica.
El pedido de la fiscal federal Paloma Ochoa se dio a raíz de la denuncia del dirigente social Juan Grabois, quien acusó a la ministra Sandra Pettovello de dejar de mandar alimentos a más de 1.200 comedores barriales.
En el club Abanderado Grandoli, todos los lunes se repartirá comida, tal como se viene haciendo casi un lustro, para quienes más lo necesitan en estos tiempos de crisis económica y desocupación.
Para cubrir sus necesidades alimentarias básicas, un adulto que vive en Rosario necesitó, en el segundo mes del año, $111.049. Los productos que más aumentaron fueron la carne, el pan, las furtas y las verduras.
En una protesta frente a la sede del Ministerio de Desarrollo Social, referentes de organizaciones alertaron: “A los comedores de la barriada está llegando gente que hace unos años estaba trabajando y hoy están desocupados. Hemos tenido que negar el plato de comida a un montón de personas porque desde principio de año que no llega mercadería”.
Para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas y no caer en la indigencia, un rosarino necesitó en el primer mes del año ingresos mayores a $91.314. Como la jubilación y el salario mínimo no aumentaron, su poder de compra ante este indicador cayo más del 15%.
En verano siempre nos preguntamos que comer, porque con el calor muchas ganas de ponernos a cocinar comidas elaboradas no tenemos, por eso siempre vienen bien preparar unos sandwiches.