En su día número 16, la huelga afecta a millones de usuarios de los ferrocarriles y al transporte metropolitano de París. Sólo circulan la mitad de los trenes de alta velocidad.
La prolongada medida de fuerza plasmó este martes una inédita unión entre los cinco sindicatos de los trabajadores franceses contra el proyecto de reforma de Macron.
La salida del ideólogo de la reforma previsional ocurre en momentos en que Francia se encuentra afectada por contundentes medidas gremiales que paralizaron el transporte.
El ex policía de la dictadura militar argentina, Mario Sandoval, deberá volver a Argentina para que se lo juzgue por la detención y desaparición de Hernán Abrieta en 1976.
Previo a esa edad -denominada en Francia "edad de de equilibrio"- los trabajadores podrán jubilarse, aunque percibirán una pensión que contemplará montos menores.
Si bien la huelga se mantuvo con fuerza en todo el país, la participación en las manifestaciones se redujo casi a la mitad en relación con las del pasado jueves, que reunieron un millón y medio de personas.
La Organización de Transportistas Europeos (OTRE) exigió "la supresión total" de ese aumento, previsto en el proyecto de ley del Presupuesto del año que viene.
El presidente de Estados Unidos anunció que impondrá aranceles por 2.400 millones de dólares y de hasta el 100% del valor a ciertos productos franceses.
La decisión de París va a contramano del discurso de Washington, que desde hace meses reclama públicamente a sus socios europeos que veten el ingreso del fabricante chino en el tendido de las redes de conexión de próxima generación.
Los actuales estallidos sociales que se viven en diferentes partes del globo demuestran "el derrumbe silencioso" de nuestras democracias, analiza el intelectual francés en diálogo con Conclusión. A la vez que detalla que “hay muchos ciudadanos que no votan porque les parece que no viven en la misma sociedad que los demás”.
Pese a que habían comenzado en forma pacífica, las protestas terminaron con graves incidentes entre los manifestantes y los miembros de la Prefectura de la Policía: mientras los primeros incendiaban autos, destrozaban edificios y arrojaban piedras, los uniformados respondían con balas de goma y gases lacrimógenos.
“El vocabulario bélico utilizado por las autoridades políticas contra los manifestantes, muchos de ellos equipados con simples ollas para manifestar su descontento, ahondó aún más la crisis. El malestar, y luego los disturbios y el saqueo, comienzan a extenderse por todo el país”, dicen los autores en esta columna.