Luego de conocerse que la inflación de septiembre fue del 3,5% y ante advertencias de que en octubre podría volver a aumentar, el Gobierno busca avanzar en el congelamiento del precio de más de mil productos que componen la canasta básica, mientras que no descartó una reapertura paritaria a fin de año.
Si bien en el Índice de Precios al Consumidor que elabora el Indec los rubros de mayor incremento fueron ropa y bebidas alcohólicas, muchos productos de la canasta básica (de mayor impacto en pobreza e indigencia) siguieron con su incesante suba.
"Lo que vi en octubre tampoco es bueno, por eso retrotraemos los precios al 1° de octubre", señaló el funcionario. Ayer recibió empresarios alimenticios en Casa Rosada y si bien dijo no querer "estigmatizarlos", sostuvo que "si lo analizan, no hay pérdida de rentabilidad". ¿Acierta con el diagnóstico o hay que esperar problemas de abastecimiento?
En el noveno mes del año, el rubro que más aumentó sus precios fue el de Prendas de vestir y calzado, con un incremento del 6%, mientras que los alimentos y las bebidas subieron un 2,9%.
Ante previsiones que estiman un aumento en la inflación de septiembre y luego de que el FMI advirtiera que el país no tiene un “ancla” que frene el aumento de precios, el Gobierno trabaja para reducir el peso que la canasta básica tiene en el salario de los argentinos.
El funcionario entrante aseguró que es necesario fijar un acuerdo "racional" junto a productores y comercializadores, a la vez que instó a profundizar los controles de precios.
La dinámica del sector externo sería uno de los condicionantes más importantes, tanto para garantizar la sustentabilidad de la recuperación como, también, la estabilidad macroeconómica.
Actualmente, Brasil es uno de los países con mayores índices de inflación de Latinoamérica y por su porte empuja al resto. El FMI advirtió esta semana que “la inflación asusta” en términos globales. Argentina, de fracaso crónico en tema precios, es un caso aparte.
El oficialismo planea anunciar una nueva etapa del programa en los próximos días, autorizando subas en el precio de los alimentos que no superen el 4%, una cifra que no es la pretendida por el sector empresarial, que apunta a por lo menos un 5%.
La economía argentina es un paciente que muestra signos vitales de mejoría, especialmente en el plano industrial. La incertidumbre financiera, contenida en forma precaria por instrumentos del Tesoro, ensombrece el futuro cercano y mediano, a las puertas de una negociación ya ineludible. El Gobierno trabaja con cables pelados.