El escenario cambiario es hoy por hoy el botón de muestra del nivel de incertidumbre respecto al futuro de la economía argentina.

Si bien hay indicadores industriales que evidencian una tendencia de recuperación clara, con puestos de trabajo y niveles de actividad en constante crecimiento desde hace algunos meses (con Santa Fe entre las de mejores registros), es aún muy pronto para hablar de un escenario de salida de la lapidaria recesión que lleva más de tres años, así como para decir que el horizonte de crecimiento económico está despejado.

Las nubes (siguiendo la metáfora climática) vienen especialmente por la firme restricción externa de la economía (más allá de si esa matriz es la correcta para la Argentina, es la existente), es decir la falta de dólares para afrontar lo que sería una siguiente etapa del desarrollo industrial (siempre que el uso de la capacidad instalada siga creciendo hasta su límite).

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Hoy los dólares son exiguos, tanto que rige un duro cepo cambiario que fue aún más endurecido esta semana para evitar que las pocas reservas existentes se licuen entre la incertidumbre electoral y una dilatada negociación con el Fondo Monetario Internacional para evitar el default.

En ese plano, a pesar de los ostensibles cambios que ha tenido el perfil del gobierno (con cambio de nombres incluido), tanto el esquema macroeconómico como la estrategia financiera del gobierno no ha sido modificada (salvo alguna ampliación de partidas presupuestarias en el gasto público), algo que también se evidencia en la continuidad de una relativa volatilidad cambiaria, con el riesgo de una devaluación latente que tire por la borda meses de pequeños pasos en el camino de la recuperación.

Dólar hoy

El dólar blue cedió este jueves a $184,50, aunque las cotizaciones financieras experimentaron aumentos, en una jornada en la que el Banco Central volvió a comprar divisas para fortalecer las reservas internacionales. En lo que va de octubre, el dólar paralelo registra una baja de $1,50, pero a lo largo del año acumula una suba de $19, es decir, de 11,4%.

Este viernes, el tipo de cambio mayorista sumó dos centavos y cerró a $98,94, por lo que la brecha con el blue se ubicó en un 86,4 por ciento. El dólar operado en el segmento mayorista desaceleró el ritmo de aumento y en la semana acumuló un avance de solamente quince centavos.

El volumen negociado en el segmento de contado fue de US$ 347,452 millones y por segunda jornada consecutiva el Banco Central terminó con un balance diario positivo.

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El miércoles pudo poner fin a una seguidilla de ventas y adquirió USD 100 millones en lo que fue el debut del refuerzo del cepo cambiario. Ese día comenzó a regir una normativa del Banco Central que modifica el mecanismo por el cual se realizan los pagos anticipados de algunas importaciones.

Además, la CNV aplicó restricciones para operar con títulos públicos que se utilizan para adquirir divisas en el contado con liquidación o el dólar Bolsa.

A lo largo de septiembre la autoridad monetaria tuvo que vender USD 950 millones, la cifra más alta en un año, con el propósito de mantener bajo control el dólar. Para encontrar un nivel superior al de septiembre es necesario retroceder hasta octubre de 2020, cuando el Central tuvo un saldo negativo de USD 1.090 millones.

De acuerdo con economistas y analistas financieros, las nuevas medidas responden a la escasez de divisas y anticipan que el cepo provocará un crecimiento en la brecha y no una disminución. Referentes empresariales, por su parte, expresaron preocupación y advirtieron que el nuevo esquema podría implicar complicaciones en la producción.

Especulación y estrategia

El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, destacó que ese organismo ha tenido «éxito en la regulación cambiaria» y garantizó que «vamos a atravesar con éxito este período, como lo hicimos el año pasado».

«Tenemos capacidad de proteger las reservas y cuidarlas para aquellos que ahorran e invierten en el país«, añadió. También justificó las medidas que regulan la compra de dólares para la importación, al sostener que hay «un compromiso con la estabilidad cambiaria» que apunta a que «no haya sobresaltos» en el mercado.

El titular del Banco Central, Miguel Pesce (izq.) y el ministro de Economía, Martín Guzmán (sin tapaboca) junto a otros funcionarios.

«Hemos demostrado que tenemos experiencia y éxito en la regulación cambiaria y vamos a atravesar con éxito este período, como lo hicimos el año pasado», enfatizó el funcionario.

Según Pesce: «En los años en los que hay procesos electorales siempre se desatan especulaciones, que se suman a que, sobre el fin del tercer trimestre del año, el mercado cambiario sufre estrés, porque bajan los ingresos de la cosecha gruesa y fija».

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Al disertar en un seminario, el titular de la autoridad monetaria resaltó que ese organismo tiene «un compromiso con la estabilidad cambiaria» y dijo: «No queremos que haya sobresaltos en el mercado«.

En el marco de la estrategia financiera para cubrir el déficit evitando lo más posible apelar a la asistencia (vía emisión monetaria) del BCRA, el Ministerio de Economía logró que el Tesoro colocara este miércoles deuda adicional por $10.962 millones en la segunda vuelta de la licitación y finalmente sumó financiamiento extra por $31.076 millones, tras cubrir vencimientos de la primera semana de octubre.

El Tesoro acumula un financiamiento neto de $ 444.678 millones y una tasa de refinanciamiento del 117%, habiendo colocado hasta este miércoles distintos instrumentos de deuda pública por tres billones de pesos.

Cables pelados

En medio de este escenario y en otro año donde la Argentina podría cerrar con una suba de precios del 50%, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió sobre el avance de una inflación global que «asusta» y convocó a los gobiernos a implementar un «marco monetario sólido» para evitar desbordes.

A días de iniciar la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, el organismo multilateral dirigido por Kristalina Georgieva difundió el capítulo analítico del Informe de Perspectivas Económicas Globales, conocido en ámbitos económicos y financieros como WEO.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Argentina afronta una renegociación por 45 mil millones, con un primer vencimiento grueso en marzo de 2022 (deadline default).

Con el título: «La inflación asusta», el Fondo realizó advertencias y pidió a los gobiernos políticas monetarias consistentes para combatir la suba de precios.

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La cuestión preocupa especialmente a la Argentina, uno de los tres países con mayor inflación mundial. Ese índice, ya alto, podría espiralizarse con pronóstico reservado ante un salto brusco en la cotización del dólar.

«Desde principios de 2021, el índice de precios al consumidor (IPC) ha aumentado en las economías avanzadas y los mercados emergentes, impulsados por la firmeza de la demanda, la escasez de insumos y el rápido aumento de los precios de las materias primas», alerta el informe.

Aseguró que en futuro «se prevé que la inflación general alcance su punto máximo en los últimos meses de 2021, y se espera que vuelva a los niveles anteriores a la pandemia a mediados de 2022 tanto para las economías avanzadas como para los grupos de países de mercados emergentes, y con los riesgos inclinados al alza».

Lejos de las mediciones del Indec, cuya inflación anualizada para agosto fue del 51,4%, el FMI estimó que las economías avanzadas alcanzarán un máximo del 3,6% en promedio en los últimos meses de este año.