Con el objetivo de controlar la inflación y horas antes de que se conozca cuánto aumentaron los precios durante septiembre, el Gobierno propuso congelar por tres meses el costo de los productos que integran la canasta básica. Con esta iniciativa, además, se busca dar respuesta a una advertencia realizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sostuvo que las expectativas de inflación en el país carecen de un “ancla” que las frene.

El nuevo secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, se reunió este miércoles con empresarios del sector alimenticio y de productos de limpieza y les propuso congelar precios de productos de la canasta básica por un plazo de noventa días. En principio, la solicitud apunta a que los productos incluidos en Precios Cuidados formen parte de la lista de alimentos sin modificaciones en sus precios.

Tras asumir a su cargo, Feletti dijo que el Gobierno observa “con preocupación” el aumento que el peso de la canasta básica tuvo en el salario desde diciembre de 2019 hasta la actualidad.

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“Si uno toma el caso de los trabajadores formales, vemos que, para un adulto la canasta básica alimentaria en diciembre de 2019 era el 9% del salario promedio y en la última medición es el 11%”, explicó el funcionario, y anticipó que ese indicador es el que se quiere disminuir en un marco de diálogo y de acuerdo con empresarios, productores y comerciantes.

El pedido de congelar precios se efectuó un día antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difunda el índice de inflación de septiembre, una variable que, se estima, mostrará una cifra superior a la de agosto con una fuerte presión de los alimentos.

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Cabe destacar que en los primeros ocho meses del año la inflación fue del 32,3%, una cifra muy superior al 29% que el Gobierno estimó en el Presupuesto 2021.

En este sentido, el Relevamiento de Expectativas del Mercado que realiza el Banco Central estimó que la inflación de septiembre sería del 2,8% y mostraría un leve cremento en relación a agosto, cuando fue del 2,5% y por primera vez se colocó por debajo del “piso” del 3% que tuvo en octubre del año pasado.

Luz roja del FMI

Al realizar un estudio de proyecciones de crecimiento mundial y regional, el FMI alertó que la “expectativa de inflación está desanclada” en Argentina, pero evitó realizar un pronóstico sobre la evolución de precios para este año.

El Fondo estimó que la economía argentina crecerá 7,5% este año, una mejora respecto de las previsiones que el mismo organismo hizo en su reporte de julio pasado, cuando estimó una recuperación del 6,4%. No obstante, proyectó una fuerte caída del ritmo para el 2022, ya que el pronóstico es de un incremento de la actividad cercano al 2,6%.

“Vemos que la expectativa de inflación de Argentina está desanclada, en parte es por la dependencia del financiamiento monetario en la Argentina”, señaló la jefa del Fondo, Gita Gopinath.

En tanto, aseveró que “muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo, que se enfrentan a condiciones de financiación más estrictas y a un mayor riesgo de desanclar las expectativas de inflación, están retirando el apoyo a las políticas más rápidamente”.

Los desafíos de Feletti

Ante este panorama, se estima que la primera tarea del nuevo secretario de Comercio Interior –quien asumió a su cargo el pasado martes- será tratar de reducir las expectativas de aumentos de precios.

Con este objetivo, el flamante funcionario mantuvo reuniones con el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y con empresarios del sector alimenticio y supermercadista.

Como se mencionó anteriormente, Feletti anticipó que el objetivo de su gestión será “bajar el peso de la canasta básica alimentaria en el salario”, para “recuperar ese legado del peronismo donde el pueblo comía más o menos lo que quería”.

En ese sentido, expresó: “Bajar el peso de la canasta básica alimentaria en el salario es fundamental para que haya resto para comprar indumentaria, electrodomésticos, para comer afuera, porque si no, no hay mercado interno”.

Además, reconoció que “bajar el peso de la canasta alimentaria en el promedio de los ingresos populares es un desafío que tiene que ser”.