La Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (Uejn) solicitó al canciller Felipe Solá que la Argentina suspenda las conversaciones comerciales para priorizar «las políticas de salud pública y la salvación de vidas humanas», e idéntico reclamo formuló con más de 300 expertos y organizaciones civiles a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Los secretarios General y de Relaciones Internacionales, Julio Piumato y Ariel Pringles, enviaron una carta a Solá con el pedido que hicieron para «la suspensión de las conversaciones para priorizar la salud pública y las vidas».

«Ello debe ser prioridad en el desarrollo de todas las políticas globales. Los judiciales tienen la sincera expectativa de que la Argentina reconsidere la continuidad de esas conversaciones y que promueva en cambio modificaciones innovadoras que salven vidas en las normas comerciales existentes», afirmó la Uejn.

Para los gremialistas, a medida que la pandemia se propaga por el mundo «los gobiernos deben aplicar políticas que prioricen una respuesta eficaz desde la salud pública, lo que es particularmente importante para los países en desarrollo, que carecen de suficiente capacidad institucional y recursos para luchar contra el virus de forma integral».

El Banco Mundial estimó habrá 49 millones de pobres más, mientras el Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo advirtió que casi la mitad de los empleos en África podrían perderse, y la India, el Grupo Africano y 30 naciones en desarrollo reclamaron a la OMC la suspensión de esas conversaciones comerciales.

«Las vidas y la economía corren grave peligro si las naciones no se centran en el combate contra el coronavirus. Por ello es necesario respaldar aquel pedido de suspensión de las negociaciones hasta que la crisis pase», afirmaron.

Para Piumato y Pringles, Argentina debe ayudar a revitalizar «la solidaridad mundial, es decir, trabajar con la OMC para suspender las normas de propiedad intelectual cuando restrinjan el acceso a medicamentos clave y obstaculicen la lucha para salvar vidas», y se necesitan políticas globales para que los ciudadanos «se ubiquen por encima de los beneficios de pocos».