La empresa Falabella, de capitales chilenos, despidió a cerca del 4 por ciento del personal que emplea en Argentina (junto a su controlada Sodimac) profundizando así su proceso de ajuste.

La medida afecta a unos 200 trabajadores, quienes fueron despedidos -o están en vías de serlo- y que trabajaban en distintos locales que la firma tiene en todo el país. Además, la mayor parte de las desvinculaciones se harían por retiros voluntarios.

En este sentido, Falabella había cerrado a principios de este año una de sus sucursales ubicada en el centro porteño. Sin embargo, ante esta nueva ola de despidos, desde la compañía negaron que otras sucursales bajen sus persianas.

Según manifestaron desde la firma al medio IProfesional, la decisión tiene que ver con la necesidad de reencauzar sus operaciones en el mercado doméstico, afectada por la crisis financiera y la fuerte caída del consumo.

Los números para Falabella no vienen siendo los mejores, ya que lleva 18 meses seguidos de caída en sus ventas en el mercado argentino. En el primer trimestre las transacciones cayeron algo más de un 35 por ciento, lo que provocó a la firma una baja en su facturación global de u$s101 millones.

Si bien aún no es precisa la distribución de los despidos entre ambas compañías, en Falabella habría alcanzado a 120 trabajadores, incluyendo también a gerentes y subgerentes de algunas de sus sucursales. El resto sería personal contratado en Sodimac.