El próximo paro nacional que preparan para fin de mes los sindicatos del transporte, y para el que se da por sentada la participación de las centrales obreras opositoras, tiene como principal apuntado al ministro de Economía, Axel Kicillof.

Los gremios vinculados al transporte público de pasajeros anunciaron que la próxima semana debatirán la posibilidad de una nueva medida de fuerza, después del paro del 31 de marzo, cuyo eje pivoteará sobre la queja a la reforma que entienden como insuficiente del impuesto a las Ganancias y las controversias en las negociaciones paritarias.

El próximo martes las organizaciones tendrán un plenario del sector en el que se podrán expedir acerca del lanzamiento de una huelga, que por el momento se prevé para el jueves 28 o el viernes 29 de este mes.

Los protagonistas son los colectiveros de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), liderados por Roberto Fernández, y los maquinistas de trenes de La Fraternidad, encabezados por Omar Maturano.

La iniciativa del paro cobró fuerza luego que Kicillof formuló el cambio del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias.

Si bien el anuncio del ministro de Economía recibió distintas consideraciones, lo que irritó a los sindicalistas fueron las observaciones del ministro sobre las cuotas sindicales, tema sensible para dirigentes de los trabajadores. Escozor que también alcanzó a los más proclives al Gobierno.

Kicillof hirió «lealtades» en su disputa con la oposición y la pregunta es obligada: ¿tendrá algún costo? Antonio Caló, titular de la UOM, el viernes declaró que irá al paro finalizada la conciliación obligatoria y que él no le pondrá techo en la negociación a nadie.

Quienes promocionan la huelga para fin de este mes no descartaron la adhesión de sindicatos nucleados en la CGT oficialista que aún no llegaron a un acuerdo en la negociación paritaria. Por caso, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), de Antonio Caló, que luego del fracaso en un nuevo intento de fijar salario y tener que esperar hasta el miércoles para definir la paritaria, salió al cruce de declaraciones del titular de la UIA y eufemísticamente contra el ministro de economía.

La iniciativa corresponde a la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT),  que agrupa a 22 gremios de neto corte opositor que gestaron el paro del 31 de marzo. La metodología para convocar seguirá la matriz aplicada en la anterior medida de fuerza, es decir llamarán a la protesta tratando de generar el mismo «efecto», y que las centrales disidentes de Hugo Moyano y de Luis Barrionuevo, como la CTA de Pablo Micheli, se plieguen para darle proyeccion nacional a la medida.

Todo parece orientarse en ese sentido. Durante una entrevista en radio Mitre, Barrionuevo señaló: «Ayer hablé con Hugo Moyano. Yo creo que se está preparando para hacer un discurso con un paro de 36 horas, donde habrá una gran movilización y estamos hablando con los gremios del transporte».

La CATT ya hizo sentir su punto de vista por medio de su titular Juan Schmid respecto del cambio en Ganancias: si bien la medida beneficiará a buena parte de los afiliados a los gremios del transporte, no se ajusta a las demandas que el sector propugnaba, puesto que la consideran insuficiente.