El titular de la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA), Hugo Godoy, aseguró que «crecen las ganancias de los empresarios y decrece el ingreso de los trabajadores, porque los salarios corren detrás de la inflación», al referirse al nuevo informe sobre esa realidad del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El organismo estadístico difundió el informe respecto de los aumentos salariales, por lo que el sindicalista señaló que «la balanza puso otra vez los ingresos en rojo, ya que las recomposiciones salariales de marzo último se desvanecieron con el dato de abril, que arrojó una mejora total del 5,7% ante un proceso inflacionario del 8,4%», afirmó Godoy.

«En el acumulado del año y en la medición interanual los sueldos perdieron frente a los precios, ya que subieron 103,8% y 29,1%, respectivamente, en tanto la inflación en cada uno de esos casos ascendió a 108,8% y 32%. El Indec confirmó la oportuna denuncia de la CTAA en el sentido de que los salarios corren detrás de la inflación», puntualizó.

También sostuvo que hay recomposiciones que continúan «sin recuperar lo perdido«, y afirmó que «la inflación es consecuencia de la implementación del plan del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del accionar especulativo de empresas formadoras de precios, en especial transnacionales», enfatizó el gremialista en un documento.

Aseveró que esas empresas utilizan la inflación como «un mecanismo de traslación del ingreso del bolsillo de los trabajadores al acrecentamiento de las ganancias de un cada vez más reducido núcleo de compañías en la Argentina», añadió.

«Ni aún los que tienen convenio colectivo de trabajo -una minoría en el universo de trabajadores- tienen una herramienta para enfrentar el actual deterioro y la agresión constante de la inflación. Peor están los precarizados como los cuentapropistas, cooperativistas, beneficiarios de programas sociales o los jubilados», afirmó.

Godoy adelantó que el plan de lucha de la CTAA, que cumplió un nuevo paro nacional el 16 de junio último, continuará hasta que haya respuestas sobre «un aumento de emergencia, un salario universal y el cese de la aplicación del plan de ajuste del FMI».

«El programa del FMI es un salvavidas de plomo. El deterioro permanente de los ingresos requiere una intervención más fuerte del Estado, con acento y prioridad en medidas concretas para atender la emergencia social y salarial», concluyó Godoy.