Por Aldo Battisacco

Antonio Ratner, secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Rosario, manifestó que “es una barbaridad que se dicte la conciliación en el medio de un reunión paritaria”, y ratificó la medida de fuerza de 48 horas que realizarán el jueves y viernes. «Todo esta en contra de los municipales», dijo.

Lo cierto es que más allá de las negociaciones paritarias de los municipales, y del movimiento obrero en su conjunto, el impacto de las política económica del Gobierno nacional, tiene distinto grado de alcance de acuerdo a la negociación que se trate. En Santa Fe, la demanda judicial en la que la provincia solicitó el cumplimiento de la coparticipación al anterior gobierno, preanunciaba un escenario difícil para las arcas de la «invencible». Una vez que la Corte Suprema de Justicia de la Nación falló para que Cristina Kirchner remita los fondos que adeudaba así lo hizo, y poco después por decisión del presidente Macri esto quedó sin efecto.

A posteriori, el presupuesto de Santa fe se incrementó un 48%, el fundamento para hacerlo fue la inflación aduciendo que si esto no se concretaba comprometía no sólo las obligaciones del estado y su operatividad, sino también, los sueldos de los agentes públicos. De allí en más todo parecía indicar que el reclamo de recomposición de los salarios de los trabajadores pasaba exclusivamente por la disputa de cifras porcentuales.

Para analizar el escenario que se fue gestando en poco más de tres meses, Conclusión dialogó con Antonio Ratner, líder de los trabajadores municipales de Rosario, luego de la confirmación del paro de 48 horas, de que se dictase por la autoridad ministerial del área la conciliación obligatoria.

El secretario General de los trabajadores municipales de Rosario dijo respecto de cómo se encaró la negociación «que el parámetro utilizado para negociar fue el del año anterior, en un escenario totalmente diferente que supera el 32% de aumento más una sola suma fija para febrero» y agregó, «cuando uno discute políticas salariales en 2016, lo que pedimos quedó retrasado porque hay una pérdida importante del poder adquisitivo, con una devaluación en el medio, con tarifazos, y aumentos de precio de los productos de la canasta básica familiar, que no obliga a plantear un aumento salarial justo.

Ratner sostiene que «hay que tener en cuenta que las provincias han adecuado sus presupuestos en un 48% por causas inflacionarias, y por esta razón los intendentes readecuaron los ingresos de cada municipio ajustando tasas e impuestos. Pero cuando los trabajadores piden una recomposición que supera el 32%, les contestan que no se puede».

En el mismo sentido, manifiestó: «El mismo estrago que genera la inflación sobre las arcas públicas también lo hace sobre el bolsillo de los trabajadores, el ajuste se esta pagando con los despidos, pero también intentan pagarlo con la reducción salarial».

Acerca de si existe una actitud mezquina para interpretar esta necesidad, el sindicalista denunció que «la posición de los gobiernos no es solo mezquina sino también corporativa, porque sigue la línea del Gobierno nacional, que puso techo a las paritarias, y así lo manifestó el ministro de Trabajo Jorge Triaca, el ministro de Economía y el mismo presidente Macri que pretenden una actualización del 26 al 28% y esto es lo que tienen autorizados».

El gremialista evaluó que los municipios están en condiciones de pagar porque se ha incrementado la coparticipación a las ciudades y destaca, «tenemos que visualizar que los municipios participaban del Fondo Nacional Solidario que por causa de haber retirado las retenciones al agro el Gobierno nacional, se torna difícil compensar lo que ingresaba. Pero lo que es peor, no existe información de como sigue esto».

Consultado por Conclusión como se puede salir de esta pinza que se le impone a los trabajadores desde la Nación y de la provincia, el gremialista expone que «que la situación no puede ser peor porque además desde la cartera que conduce Jorge Triaca se intenta ponerle un techo a las paritarias. Lo que se le suma al desfinanciamiento del Fondo Nacional Solidario, y la negativa de los municipios a reconocer el reclamo».

Acerca de cual es su parecer de que la provincia omita reclamar a la Nación lo que le corresponde, junto a municipios y comunas y conjuntamente con los trabajadores, Ratner dijo que «es ilusiorio porque los intendentes de ninguna provincia protestaron cuando Macri le dio a la Capital Federal 1700 millones de pesos en concepto de reparación histórica. Nadie dijo nada, porque el ajuste lo hacen sobre el bolsillo de los trabajadores».

Acerca de si había complicidad por parte de los intendentes y el gobernador respecto del tema, expuso «que hay un juego político con los diputados de las provincias con el ejecutivo nacional donde hay favores que se devuelven con una nueva ley de coparticipación. Además de eliminar los decretos de necesidad y urgencia, sustituyéndolos por otros DNU y estos son los resultados».

«El desfinanciamiento de la mesa de los trabajadores se consigue además con el silencio de las autoridades, porque el impuesto a las ganancias también es coparticipable, para obras públicas», concluyó Ratner».

En síntesis, pareciera ser que nada escapa a las responsabilidades políticas de los distintos estamentos del Estado, sea este local, regional o nacional. Hay una finísima e imperceptible cadena que condiciona la resolución de un conflicto que promete posturas irreductibles. También resulta oportuno reflexionar cuales son los mecanismos que se establecen en la vinculación que existe entre la provincia y la Nación. Dinámica ésta, que además por necesidad o malicia, golpea por limitación extensiva a los trabajadores.

Foto: salvador Hamoui