El 2020 fue un año muy duro para todos los trabajadores, quienes padecieron la crisis y en muchos segmentos considerados esenciales también sufrieron los estragos de la pandemia.

El caso de los empleados supermercadistas es un claro ejemplo y el reciente fallecimiento de Víctor Martínez, cocinero en la sucursal de Coto del barrio porteño de Balvanera, es un caso testigo.

El fallecimiento del trabajador hizo que se reavivaran los reclamos contra el empresario de la carne y del consumo masivo, por no respetar cada uno de los cuidados de los protocolos establecidos en relación al Covid-19, y también contra el referente sindical relacionado al Coto, Ramón Muerza.

“Ya es incalculable el número de contagios en la empresa, que es por miles. Muerza y sus secuaces siguen con la misma metodología de esconder la realidad. Los compañeros se contagian y lamentablemente pierden la vida por la desidia de estos crápulas”, exclamaron los trabajadores alineados en la agrupación Trabajadores y Delegados Autoconvocados de Coto.

Este caso se suma a dos anteriores. Graciela Lucero, delegada gremial de la sucursal 63 de Pompeya, el pasado mes de septiembre.

A su vez, un mes antes, la misma enfermedad se llevó la vida de Jorge Alcaraz, un empleado con 25 años de trayectoria en la empresa, que se desempeñaba habitualmente en el sector carnes en la sucursal 22 del barrio porteño de Belgrano (Av. Elcano 3002), donde era delegado hasta que se distanció de Ramón Muerza, referente gremial en la cadena.