Un nuevo informe de las Organizaciones Internacional del Trabajo (OIT) y Mundial de la Salud (OMS), del Banco Mundial (BM) y de «WaterAid» reveló hoy «las difíciles condiciones laborales del personal que cumple tareas en el sector de saneamiento» y aseguró que en «los países en desarrollo esa función es altamente riesgosa para la salud y la vida».

«Esas tareas, además, atentan contra los derechos y la dignidad de los trabajadores», señalaron los organismos mundiales en el estudio para conmemorar el «Día Mundial del Retrete» el próximo martes 19, basado en la realidad de ese sector laboral en Bangladesh, Bolivia, Burkina Faso, Haití, India, Kenia, Senegal, Sudáfrica y Uganda, indicó la OIT.

Según el informe, la mayoría de esos trabajadores está en «la economía informal y privado de derechos y protección social», y denunció que «se realizaron pocos esfuerzos para comprender sus dificultades, documentar las buenas prácticas y elaborar enfoques, políticas, normas y regulaciones orientadas a mejorar sus condiciones de labor».

«Las políticas, leyes y normas para el personal de saneamiento son insuficientes o inexistentes y cubren solo ciertas categorías de trabajadores o no tienen financiamiento o mecanismos de ejecución», dijo Alette Van Leur, directora del Departamento de Políticas Sectoriales del organismo laboral tripartito, en un comunicado difundido por la OIT.

Esos trabajadores limpian los retretes, vacían los pozos negros y los tanques sépticos, asean las alcantarillas y cloacas, operan las estaciones de bombeo y las plantas de tratamiento de aguas residuales y están expuestos a diario a agentes patógenos fecales muy peligrosos y a riesgos químicos o físicos, puntualizó el informe mundial.

«Los que recogen la basura de forma manual están expuestos a graves riesgos de salud, como el cólera, la fiebre tifoidea y la hepatitis, y a gases tóxicos como el amoníaco y el monóxido de carbono. En los países del sur de Asia, la tarea está muy extendida. A diario hay muertes por saneamiento deficiente y tareas totalmente peligrosas», añadió.

Tim Wainwright, director ejecutivo de «WaterAid», explicó que esa realidad es también común entre «los vaciadores manuales de pozos sépticos y letrinas, las empresas que ofrecen servicios para el alcantarillado, las estaciones de bombeo y el tratamiento de las aguas residuales, ya que la formación de los trabajadores es insuficiente o inexistente».

El estudio recomendó reformar las políticas, legislaciones y normas para profesionalizar la fuerza laboral del sector; elaborar y adoptar directrices operativas para evaluar y mitigar el riesgo profesional; defender a los trabajadores y promover su empoderamiento para proteger sus derechos y construir una base de datos y documentar los problemas.

El informe invitó a los gobiernos a ratificar y aplicar los Convenios de la OIT relacionados con la seguridad y salud en el trabajo de la actividad del saneamiento, concluyó.