Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) desarrollan actualmente un proyecto de investigación que tiene por objetivo determinar qué grado de relación guardan el estrés, la inseguridad laboral, las percepciones de justicia y la identificación organizacional con las intenciones de renunciar al trabajo.

“Es un fenómeno que se viene estudiando en países norteamericanos y europeos, pero que nunca se había hecho en el contexto laboral latinoamericano”, señala Juan Diego Vaamonde, docente e investigador de la Facultad de Psicología de la UNR, responsable del estudio en el que también participan otros docentes y estudiantes de esa unidad académica.

La progresiva globalización y liberalización de los mercados de trabajo, asegura Vaamonde, originó inestabilidad y precariedad laboral, promoviendo la aparición de “comportamientos de retirada organizacional”, entre los que se destacan las intenciones de renunciar al trabajo (IR).

“Es una problemática de creciente interés por las consecuencias negativas que acarrea tanto para las organizaciones como para sus miembros, y por los altos costos que implica la rotación efectiva del personal (gastos de búsqueda, selección y capacitación de nuevos empleados)”, explica.

El investigador define a las intenciones de renunciar al trabajo como “la voluntad consciente y deliberada de los sujetos por abandonar su organización laboral, siendo el último paso en una serie de cogniciones de retirada. Los especialistas organizacionales se inclinan a utilizar las IR como variable actitudinal en sus intentos por comprender los múltiples factores que determinan que los empleados deseen abandonar sus puestos de trabajo”.

Bajo esta premisa, la investigación busca establecer si variables sociodemográficas (género, edad, escolaridad, cargo, antigüedad, sector y ramo organizacional) y variables disposicionales (percepciones de justicia organizacional, síndrome de Burnout -estrés-, inseguridad laboral e identificación organizacional) se relacionan con las IR en empleados argentinos.

Para tal fin, los investigadores realizaron encuestas de forma anónima y voluntaria a 408 trabajadores radicados en el centro-sur de la provincia de Santa Fe y en el norte de la provincia de Buenos Aires, pertenecientes a organizaciones tanto públicas (36.3%) como privadas (63.7%). Los resultados indican que “los empleados contratados, con poca antigüedad laboral, de comercios, servicios, industrias y organizaciones sanitarias presentan mayores intenciones de renunciar a su puesto laboral”.

Respecto a las variables psicológicas aplicadas, el estudio consigna que cuanto menor percepción de justicia y menor identificación hay con el empleo, hay mayores intenciones de renunciar. Sin embargo, advierte Vaamonde, “estamos elaborando modelos explicativos porque en la psicología no es todo tan lineal”.

Hasta la fecha no hay antecedentes de un trabajo de este tipo en América Latina, puesto que son escasos los equipos de investigación que se abocan a la psicología organizacional en la región. “La gran mayoría de estudios sobre las IR fueron efectuados con muestras provenientes de países norteamericanos y europeos”, señala.

Especialista en actitudes, cogniciones y comportamientos psicosociales y organizacionales, uno de los principales focos de estudio del psicólogo Juan Diego Vaamonde es la justicia organizacional, particularmente las percepciones de justicia en dichas entidades. Pero, ¿por qué centra su interés en las intenciones de renunciar al trabajo? “La intención conductual en el estudio de la psicología es un determinante confiable del comportamiento real”, explica.

“Las IR es el último paso en una serie de condiciones de huida o abandono que tienen los empleados antes de dejar las organizaciones para las que trabajan. Por lo general, antes de renunciar el empleado empieza a planificar activamente la búsqueda de otro empleo, lo que constituye un momento crucial, ya que si las organizaciones son capaces de detectarlo a tiempo, de alguna manera pueden mejorar ciertas variables que anteceden a estas intenciones para retener al empleado”, fundamenta.

El investigador del Conicet insiste en remarcar que se trata de una problemática multideterminada y sugiere que las organizaciones implementen estrategias de reducción del estrés laboral basadas en la creación de ambientes de trabajo más justos y en las prácticas de apoyo organizacional, diseñando políticas distributivas equitativas con información precisa sobre las características y destinatarios del trabajo que realizan.

“La búsqueda, selección y capacitación del personal son procesos muy costosos, por lo que habría que derivar esfuerzos para retener aquellos empleados valiosos, ya que es algo que incide de manera significativa en la productividad de las organizaciones, tanto públicas como privadas”, concluye el académico.

 

* Por Diego Ángel Beccani