Por Alejandro Maidana

Los pueblos fumigados no cesan en su reclamo, no claudican en su lucha contra un modelo productivo que desprecia la vida, avanzan, no se detienen, los impulsa la dignidad y la conciencia, un combustible inagotable.

Entendiendo que se necesita imperiosamente de la suma de distintos sectores de la sociedad, las y los trabajadores de la educación, confluyeron junto a espacios de comunicación, producción agroecológica y organizaciones ambientales de distintas provincias. Representantes de Tucumán, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, CABA y Buenos Aires dijeron presente en este vital encuentro, contando a su vez con aportes de referentes de Mendoza, Catamarca, Chaco, La Pampa y Salta que por distintos motivos no pudieron estar presentes.

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El Primer Encuentro de la Red Federal de Docentes por la Vida se llevó a cabo a pocos días de cumplirse dos meses de la pérdida de Ana Zabaloy, fundadora de la Red, y corazón de la resistencia que emergió desde las escuelas rurales para expandirse a lo largo y ancho del país.

El extractivismo en sus distintas formas, vulnera de manera explícita los derechos a la educación y a un ambiente sano. “Por eso mapeamos nuestras problemáticas específicas, repasamos las herramientas legales que desplegamos como el <protocolo de actuación y denuncia en casos de fumigación con agrotóxicos en las adyacencias de escuelas rurales>; y compartimos recursos didácticos y de la ciencia digna para nuestra tarea cotidiana. Reforzamos nuestra palabra y las estrategias de defensa de las escuelas rurales que son centrales para potenciar y facilitar el arraigo de la comunidad rural y su identidad”, sostuvieron desde la Red Federal de Docentes por la Vida.

Cabe destacar que desde el encuentro, surgió la solidaridad para con la familia de Ludmila Terreno, la niña de 4 años oriunda de Bernardo de Irigoyen que viene batallando contra la contaminación por agrotóxicos.  También enviaron el apoyo a la lucha docente en Salta, repudiando la represión que sufrieron días pasados.

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Las comunidades educativas rurales son centros de socialización fundamentales en el campo, del único campo que nos alimenta, el de la agricultura familiar. Sin ellas somos un país que se dirige a llenar los hospitales y no los platos argentinos.

“La tarea por delante es enorme pero no estamos solos en el camino; somos parte de los movimientos de Pueblos Fumigados del país, e integramos el Foro Agrario Nacional. Invitamos a docentes de todo el país a tomar esta Red Federal de Docentes por la Vida como propia, y sumarse a esta lucha por la educación y la dignidad de nuestro pueblo”, indicaron.

Entendiendo que resulta premisa fundamental oír las voces de aquellos que le ponen el cuerpo a un ecocidio sostenido, Conclusión recabó testimonios de los protagonistas. Daniela Dubois integra la Red Federal de Docentes por la Vida, conoció en profundidad a la gran Ana Zabaloy, consultada sobre las sensaciones que dejó el encuentro sostuvo: “Lo que Anita deseó durante mucho tiempo pudimos hacerlo realidad, mirarnos a las caras, abrazarnos, compartirnos las experiencias de nuestros territorios y escuelas. Fue muy importante realizarlo en este momento, ya que sentimos su presencia y energía en todo momento”.

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Una jornada plagada de actividades y estrategias, “trabajamos intensamente sobre los protocolos de denuncias que existen, qué herramientas legales tenemos, compartir las experiencias de aquellos que ya habían realizado algún tipo de denuncia, destacando el trabajo grupal con los mapeos. Almorzamos lo que maravillosamente cocinaron los compañeros de ambiente saludable San Andrés de Giles, todo agroecológico, desde las verduras,  la polenta y el pan”.

“Nuestra idea es seguir exponiéndonos, llegar a más docentes y territorios, por eso creemos que con nuestra nueva página web www.docentesporlavida.org podemos abrazar a todos aquellos que deseen y necesiten denunciar fumigaciones y atropellos provenientes de este modelo extractivista”, enfatizó Dubois.

Daniel Mangold reside en Totoras, actualmente dicta clases en el CEA N°5 de San Genero, en su derrotero, las presiones y amenazas del agronegocio ocupan un lugar nada agradable pero que ha servido de catapulta para solidificar su lucha. “La necesidad de unirnos en una única fuerza para dar pelea en forma organizada a los diferentes lobbies del extractivismo que se manifiestan en distintas zonas de nuestro país”, indicó.

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“Logramos mapear los orígenes de todos los compañeros que nos congregamos en San Andrés de Giles, de esta manera visibilizamos la lucha que venimos dando en nuestros lugares de residencia y trabajo. Pudimos configurarnos como un cuerpo fuerte, sólido, inteligente y decidido para enfrentar al conglomerado de las distintas empresas transnacionales y sectores de poder, y al propio Estado que se entraman para llevar adelante sus negocios, con mecanismos que atentan contra la vida de las personas y destruyen el ambiente”, disparó Mangold.

Las distintas variables con un común denominador, el extractivismo; “en algunos lugares es el agronegocio, en otros la megaminería, en cada uno de estos lugares el extractivismo dice presente y las comunidades en muchas oportunidades en soledad, dan la batalla. Avanzamos en nuevas estrategias, uniéndonos a otras organizaciones que vienen sosteniendo más allá de la diversidad de banderas, este embate neoliberal. El encuentro sirvió para desafiarnos, para fortalecernos en la búsqueda de disputarle al Estado la soberanía que necesitamos sobre nuestros alimentos, la necesidad de contar con una educación emancipadora y que los gremios ocupen un lugar de relevancia en todo esto, ya que la desprotección de los trabajadores de la educación es manifiesta”.

“La idea medular de esta Red es muy clara, consolidar mediante un espacio federal, un lugar de contención para que todos estemos al tanto de las distintas luchas que atraviesan nuestro país. Para que este camino brinde sus frutos, seguiremos alentando a otros docentes a sumarse, inspirados en el estoicismo de los docentes de Entre Ríos y los deseos de la entrañable Ana Zabaloy, quién coronó su lucha con la propia entrega de su vida”.

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Natalia Liponetzky es docente de una escuelita que se encuentra enclavada en Colastine Norte, Santa Fe,  si bien la suya no es una institución fumigada, su nivel de conciencia social y compromiso la llevó a participar del Primer encuentro de La Red Federal de Docentes por la Vida. “Para mí fue hermoso ir al encuentro de la Red, ya que si bien las fumigaciones no alteran nuestros días, tengo mucho conocimiento sobre la importancia de la economía social a las que pertenecen mis alumnos. Ellos moran en la “Vía” o el “Bañado”, barrios muy humildes que tienen mucho terreno y podrían salir adelante con este tipo de economías”, sostuvo.

El haber compartido con pares que vienen luchando contra las fumigaciones, la enriqueció de sobremanera. “Conocer la resistencia, valentía y compromiso de cada uno de ellos sumada a la historia de Ana Zabaloy, le dio un giro a lo que pensaba, ahora solo resta transmitirles todos estas experiencias a los otros docentes que me acompañan. Es necesario saber que no solo somos lo que comemos, sino también que muchos hermanos la están pasando muy mal y que mañana podríamos ser nosotros”, indicó Liponetzky.

“En lo particular cuento con un gran recorrido en los Encuentros Nacionales de Mujeres, donde lo particular que tienen estas reuniones, es esta cuestión de dar la palabra y construir en conjunto. La misma maravillosa sensación es la que tuve con la Red, donde los egos no atravesaban a ningún integrante, ya que tienen el respeto y el cuidado de ser las voces de los pueblos sometidos a estas sustancias”, concluyó la docente.

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Facundo Viola es un batallador inclaudicable por el derecho a vivir en un ambiente sano y libre de toda contaminación, como referente de la agrupación Vecinos Fumigados de la provincia de Santa Fe, dijo presente en un encuentro que seguramente sentará un precedente más que necesario.

“A casi 2 meses de la partida de su creadora Ana zabaloy, pudimos participar de la Red Federal de Docentes por la Vida en San Andrés de Giles. Fuimos invitados a ser parte de la misma como padres de alumnos de escuelas fumigadas, involucrados en el trabajo de concientización acerca de los riesgos que implican las fumigaciones cercanas a los establecimientos en nuestro territorio”, indicó.

Un camino espinoso pero repleto de dignidad, resiliencia y solidaridad, “hace varios años contemplábamos la lucha de Ana Zabaloy y admirábamos su valentía, coraje y claridad. Un día sonó el teléfono y era ella invitándonos a formar parte de esta hermosa red de educadores. Para nosotros es un privilegio compartir este espacio de diálogo e intercambio horizontal en el que habitan diversas miradas, lo que lo hace muy interesante. Este encuentro fue muy esperanzador para nosotros, ya que vemos que aquello que antes no se podía nombrar ni contar en los campos y en los pueblos, hoy ya comienza a avanzar en la conciencia crítica que va emergiendo en los lugares más castigados por el modelo de saqueo”.

“Debates, posibles estrategias y pasos a seguir son resultados seguros en estos encuentros. Queda claro que las comunidades educativas son centros de socialización y pensamiento crítico de inclusión y arraigo en las poblaciones rurales, y por eso es fundamental su resguardo, sobre todo porque los niños son la población más vulnerable frente a los pesticidas, los transgénicos y la pérdida de contacto con la naturaleza. La tarea por delante es inmensa, pero el resultado del encuentro nos esperanza a todos”, concluyó Viola.

Foto principal: Huerquen, comunicación en colectivo.