Fue docente rural de San Antonio de Areco y un verdadero ícono de la resistencia contra un modelo agrario envenenador y deshumanizante. Expuso su cuerpo y donó su alma, en la desigual batalla que se sigue librando contra las fumigaciones con agrotóxicos.
Con la firme intención de seguir fortaleciendo la lucha contra el extractivismo en todas sus formas, trabajadores de la educación junto a otros actores sociales, se reunieron en San Andrés de Giles. “Pudimos cumplir el sueño que tenía Ana Zabaloy”, le dijo a Conclusión Daniela Dubois.
El fallecimiento de la entrañable e invalorable docente fumigada Ana Zabaloy, nos debe interpelar en profundidad. El camino digno y consciente de los educadores rurales, se debate entre la soledad, persecución y descalificación de los poderosos, sumado al silencio cómplice de una sociedad fracturada.
Se trata de Ana Zabaloy, docente de una escuela en el campo de San Antonio de Areco, que había denunciado fervientemente contra la utilización del glifosato.