Durante dos días integrantes de más de 100 organizaciones, instituciones y asambleas de 80 localidades de la provincia confluyeron para debatir sobre los impactos que el modelo de producción agroindustrial, basado en transgénicos y agrotóxicos tiene sobre la salud, la economía y el ambiente de nuestros pueblos. La necesidad de compartir experiencias de lucha y resistencia, y de construcción de las alternativas agroecológicas, también formaron parte de los ejes de discusión.

En el último tiempo, las autoridades provinciales continuaron con su política de impulso al agronegocio, avalando el discurso empresario de las llamadas “buenas prácticas agrícolas” (BPAs) a través de la resolución 246/18 de Agroindustria: una nueva ofensiva contra las distancias de resguardo de fumigaciones que las comunidades lograron en los distintos Concejos Deliberantes a lo largo del tiempo y después de extensas jornadas de lucha.

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Los recurrentes episodios de pulverizaciones sobre Escuelas Rurales deja en evidencia la vulnerabilidad de la población rural y los trabajadores de la educación. En el orden nacional se continuó la aprobación de “eventos” transgénicos. Además de soja, maíz, algodón y alfalfa, estamos ante la posibilidad de que en nuestros campos se siembren papas modificadas y el primer trigo transgénico del mundo, cultivos de fuerte presencia en nuestras mesas. Al mismo tiempo desde el oficialismo se busca avanzar en la modificación de la Ley de Semillas que implica la pérdida del derecho milenario al “uso propio” de los agricultores, y la profundización del control corporativo de las cadenas agroindustriales y agroalimentarias, con impacto directo en la calidad de nuestros alimentos y el precio que pagamos por ellos.

En paralelo las alternativas a este modelo se fortalecen: crece la cantidad de productores y hectáreas que se vuelcan a la producción agroecológica, en las ciudades y pueblos avanza la demanda de alimentos sanos a precios justos. Hay mayor rechazo ante las fumigaciones con agrotóxicos, y se reconoce la responsabilidad de este modelo ante importantes problemas ambientales como las inundaciones de mayor magnitud, y la pérdida de biodiversidad. Organismos internacionales como la FAO y la Relatoría Especial por el Derecho a la Alimentación de la ONU se han manifestado de forma contundente por un cambio rotundo en el modelo de producción agrícola.

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Los Pueblos Fumigados de la provincia de Buenos Aires llaman a la población a asumir un rol más protagónico en la defensa de la salud, el cuidado del ambiente y el fortalecimiento de las alternativas productivas agroecológicas. Invitan a las organizaciones de la sociedad civil a involucrarse activamente ante esta problemática no de manera meramente declarativa; sino con acciones concretas para defender la salud; y exigen a los Poderes del Estado el respeto a los derechos humanos esenciales consagrados en la Constitución Nacional y la legislación vigente. Consideran que, ante el aumento de la evidencia científica que da cuenta de la relación de los agrotóxicos con diversas enfermedades, el Estado debe impulsar otro modelo productivo: la Agroecología

Para conocer mayores detalles de este multitudinario encuentro, Conclusión dialogó con la docente Mónica González, participante del mismo e integrante del “Colectivo Tierra Viva Bolívar”.

Sobre la jornada que reunió a diferentes actores sociales que llegaron en representación de sus respectivos lugares de residencia sostuvo, “durante los días del 16 y 17 de marzo, se vivieron momentos muy intensos con la presencia de 120 localidades y entre 80 y 90 organizaciones e instituciones. Se logró trabajar mediante una dinámica asamblearia, con la participación de coordinadores y coordinadoras que tienen sobre sus espaldas un recorrido importante en las distintas temáticas propuestas”.

Ciencia digna, agroecología y redes, agroecología experiencias, arte y comunicación, educación, construcción política y social, salud, mujer y agroecología, legales y economía ecológica, fueron las temática abordadas en un encuentro horizontal con enorme proyección a futuro.

“Cabe destacar que se partió de las conclusiones del encuentro anterior realizado en Saladillo, para luego avanzar en el diagnostico de la situación actual para profundizar el debate de qué tipo de futuro pretendamos. Trabajamos mucho en las herramientas y estrategias que fueron legitimadas en el plenario final, algunas de ellas tienen su anclaje en la necesidad de incluir la perspectivas de género y la pluricultural, es por ello que en el próximo encuentro que se va a realizar en Mercedes, se denominará <Undécimo Encuentro Pluricultural de Pueblos Fumigados>”, relató Mónica González.

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La incorporación de la perspectiva de género, llevó a lo que fue un camino de mujer y agroecología, a llamarse después de ser aprobado, a feminismos y agroecología. Es menester comentar que lo que también busca expandirse, es la red comunicacional del Colectivo de Pueblos Fumigados con sus distintos actores.

La docente también brindó su visión sobre la nueva avanzada estatal en torno a la resolución 246/18  de Agroindustria, “la misma habilitaba todo tipo de fumigación sin resguardo de distancia de exclusión, a fines de febrero fue frenada gracias a la acción militante de muchos colectivos que pudieron sacar a la luz este atropello y alertar de su peligro. Debido a esto, la resolución quedó en suspenso por el término de un año”.

Desde el Colectivo Tierra Vida Bolívar vieron colmadas sus expectativas, si bien el camino es largo y espinoso, este tipo de encuentros solidifica la lucha abriendo distintas colectoras de diálogo.

Mónica González dejaría una profunda reflexión final, “la agroecología es el camino, sin dudas ese es el horizonte que pretendemos alcanzar. No solo como modelo productivo, sino también como modo social de intercambio de saberes”.