La cantidad de locales comerciales ociosos en Rosario se han incrementado en un 30 por ciento por diversos factores derivados de la pandemia. Tal describieron desde la Concejalía Popular, fue determinante la falta de flexibilidad de los propietarios para contemplar el impacto de la crisis en el sector.

«Las actividades más castigadas fueron aquellas que no fueron catalogadas como esenciales dentro de los Decretos de Necesidad y Urgencia que fue sancionando el Gobierno. La pandemia hizo estragos», detalló el coordinador del Consejo Asesor de Vivienda en la Oficina del Consumidor, Ariel D’orazio, en dialogo con Conclusión.

Asimismo, el también miembro de la Concejalía Popular destacó que, a partir del parate económico derivado de la emergencia sanitaria, hubo zonas de la ciudad particularmente afectadas.

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«La pandemia ha generado que se incremente en un 30 por ciento la cantidad de locales ociosos en nuestra ciudad, siendo el centro y el macrocentro los lugares más castigados», especificó.

Aún así, desde el sector explicaron que el incremento de los locales vacíos no fue una consecuencia lineal del cese de la actividad comercial, sino que también es el resultado de la falta de consideración de los propietarios.

«La inflexibilidad de parte de muchos propietarios de poder negociar, condonar o reducir el valor de canon locativo, sobre todo cuando la explotación comercial de ese lugar fue 0 durante el mes de abril, fue determinante para que muchos dejen de realizar sus tareas, se hayan endeudado y bajen las persianas», señaló D’orazio.

Esta situación se traduce directamente a pérdida de puestos laborales, razón por la que el miembro de la Concejalía Popular indicó que «debe primar la racionalidad, el consenso y el acuerdo, porque cuando se cierra un local pierden las dos partes.

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«Cuando se desocupa un local -explicó- tarda entre seis y diez meses en volver a ocuparse. El dueño tiene que entender que por su inflexibilidad deja de percibir una renta y comienza a generar deuda dentro de ese local».