La aplicación rosarina She Taxi, que permite solicitar un vehículo conducido por una mujer, desembarcó esta semana en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) tras un pleito judicial y busca expandirse por el resto del país.

She Taxi es un proyecto que nació en Rosario en 2017 y fue impulsado por María Eva Juncos, una chofer que se “hartó” del acoso machista a conductoras y pasajeras y optó por crear una aplicación con el objetivo “reducir la brecha de género” en una actividad ejercida mayoritariamente por hombres, y también achicar “la brecha ocupacional”.

Tras años de funcionamiento en la ciudad, en los cuales los enfrentamientos con los gremios taxistas y los cuestionamientos sobre la adecuación de la aplicación a la normativa rosarina estuvieron a la orden del día, esta semana She Taxi comenzó a operar en CABA luego de que el Tribunal Superior de Justicia porteño fallara a su favor en un amparo por la inconstitucionalidad de un artículo de la ley de tránsito y seguridad vial número 5.627, que le otorgaba el monopolio del servicio a una aplicación oficial.

“La ley impide al vehículo habilitado recibir viajes que no sean de la aplicación oficial BAtaxi, limitando una industria lícita, porque estamos registrados en el INTI -Instituto Nacional de Tecnología Industrial- y además es un servicio gratuito”, dijo a Télam Juncos, creadora de la app.

Tras rechazos judiciales en primera y segunda instancia a su reclamo, “el Tribunal Superior nos dio la razón y ahí estamos, aprovechando esta oportunidad”, detalló.

Consultada sobre los motivos que la llevaron a crear esta aplicación que permite solicitar a una conductora mujer, Juncos se refirió a las situaciones de acoso que las mujeres viven arriba de los taxis y detalló: “Lo que me motivó fueron las experiencias arriba del taxi, como conductora y con las usuarias. Fue un cúmulo de cosas”.

Ante esta situación, Juncos consultó a un ingeniero, Pablo Botta, a quien le encargó el diseño de una aplicación para pedir taxis conducidos por mujeres, y sacó un crédito personal para financiarla.

Actualmente, She Taxi tiene 202 conductoras en Rosario, 160 en Córdoba, 15 en Santa Fe capital, y acaba de desembarcar en Buenos Aires y en San Juan, donde se encontró con la resistencia del “status quo” del sistema de taxistas.

Pero antes de este presente, la aplicación tuvo que vencer el desconocimiento público en un mercado regulado por las leyes y las costumbres.

La aplicación es de descarga y uso gratuito tanto para las pasajeras como para las conductoras que deseen utilizarla y su creadora no percibe ingresos por las descargas ni los viajes, aclaró, para diferenciarse de app globales como Uber o Cabify.

Juncos señaló que “muchas colegas comprendieron a qué vino She Taxi. Eso significa, a veces, dejar un viaje para atender a chicas que sabemos que son clientas desde tal fecha, y que no se mueven con otra cosa que no sea She Taxi”.

Sin embargo, explicó que a la aplicación le cuesta instalarse en nuevas ciudades porque encuentran una resistencia por parte de los taxistas.

“Tengo colegas que me dicen que en entrevistas de trabajo le dijeron que les dan el empleo si no van a usar She Taxi. Otra conductora me pidió que le cambiara el ringtone porque cuando está en la parada con los hombres se le complica”, relató Juncos.

Con la aplicación en funcionamiento en varias provincias, Juncos contó que recibe solicitudes de ciudades como Quito (Ecuador), Valencia (España) y Bogotá (Colombia), y no descarta una expansión.

“Puede ser que después de la Argentina, lo estoy evaluando, venga algún otro país. México es la que más me lo solicita. Vamos a ver qué podemos hacer ahí”, compartió.

Y se preguntó: “Por qué no hay otra aplicación, por qué los radios (taxis) con la espalda económica que tienen, no ponen una aplicación de mujer: eso se llama patriarcado”.

Fuente: Luciano Couso para Télam.