Actos celebratorios del logro de reivindicaciones laborales pero también marchas y protestas caracterizaron la celebración del Día del Trabajador en los países de América Latina, donde las mejoras salariales y el respeto a los derechos fueron la bandera de la mayoría de los movimientos y sindicales gremiales.
Como es tradicional, Cuba fue pionera en la celebración al realizar por la mañana una gran marcha en respaldo a la revolución de la isla y al proceso de integración regional, en medio del proceso de restablecimiento de relaciones con EEUU, con un desfile con carácter «compacto, colorido y combativo» que contó con la presencia del presidente Raúl Castro y de su par venezolano, Nicolás Maduro.

En Colombia, el presidente Juan Manuel Santos instó hoy a los trabajadores a buscar la concertación con el gobierno para resolver los problemas y mejorar las condiciones laborales, en un acto en Bogotá.

Miles de colombianos participaron de actos en la capital y otras ciudades del país para reivindicar sus derechos, en el marco de una huelga de unos 300.000 profesores de la escuela pública que desde hace diez días tienen sin clases a cerca de nueve millones de alumnos.

En México, la demanda de «cero tolerancia a la corrupción» dominó las principales reivindicaciones de las marchas organizadas por los sindicatos y organizaciones sociales con motivo del Día Internacional del Trabajo. En el Zócalo, la principal plaza pública del país, sindicatos bajo el paraguas de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), lanzaron un llamado a terminar con esta práctica «venga de donde venga».

Por su parte, el gobierno boliviano adhirió hoy a la celebración incrementando el sueldo mínimo nacional de los obreros de 1.440 a 1.656 bolivianos (206 a 237 dólares), aunque el presidente Evo Morales no participó este año de ninguna marcha de trabajadores.

En Brasil, el proyecto de ley debatido en el Congreso que extiende a todas las actividades y sectores la tercerización del empleo colocó en lados opuestos a las dos mayores centrales sindicales del país en sus tradicionales manifestaciones por el Día del Trabajador.

En tanto, la Central Única de los Trabajadores (CUT) marchó en San Pablo contra la tercerización y amenazó con convocar una huelga general en caso de que sea aprobada, la Fuerza Sindical, aliada a partidos opositores, defendió la iniciativa.

La presidenta Dilma Rousseff este año no participó de actos y publicó un vídeo en las redes sociales en el que aseguró que el polémico proyecto le ofrece garantías a 12,7 millones de empleados tercerizados, pero que no está de acuerdo a la iniciativa en caso de que no incluya restricciones.

En Panamá, con consignas contra el nepotismo y la corrupción en el gobierno y reclamos de un alza de salarios, cientos de obreros marcharon unidos hoy por la capital en conmemoración del Día del Trabajo.

En Paraguay, niños y adolescentes trabajadores también se manifestaron por el centro de Asunción para exigir que se regularicen sus derechos y se reconozca su aporte a la sociedad, en el marco de las celebraciones por el Primero de Mayo que concentraron a obreros y campesinos.

Por su parte, el presidente Horacio Cartes elogió el aporte de los trabajadores al crecimiento del país y aventuró la creación de más puestos a raíz del interés de las empresas extranjeras por invertir en Paraguay.

En República Dominicana, cientos de trabajadores dominicanos marcharon hacia la sede de la Presidencia Nacional para reclamar un aumento salarial y mejores condiciones de trabajo.
Los organizadores de la marcha pidieron al sector privado escuchar sus reclamos y al Gobierno revisar los sueldos de los empleados públicos y aumentar los de los militares y policías.

En Perú, la confederación General de Trabajadores (GGTP) convocó hoy un paro nacional para el 9 de julio como protesta para reclamar una ley general del trabajo y el aumento del sueldo mínimo hasta los 1.500 soles (unos 480 dólares), el doble de los 750 soles (unos 240 dólares) actuales.

En Venezuela, miles de personas se movilizaron en Caracas en una actividad denominada «gran marcha de victoria antiimperialista» convocada por el gobierno.

Al término de la marcha, por la tarde se sumó el presidente y anunció un aumento del 30 por ciento del salario mínimo, vital y móvil para todos los trabajadores, dentro de un nuevo plan con el objetivo de defender la estabilidad del empleo.

En Ecuador, multitudinarias manifestaciones convocadas por separado por el oficialismo y por los sindicatos críticos al gobierno del presidente Rafael Correa marcaron la celebración del Primero de Mayo.

Tras encabezar una de las marchas, Correa dijo que el suyo es «el gobierno de los Trabajadores» y aprovechó la oportunidad para criticar a los dirigentes sindicales que se oponen a su gestión y que, según dijo, «le hacen el juego» a la oposición de derechas.

«Los logros son muchos, los nuevos retos también», declaró el mandatario que, además, remarcó que no quisiera presentarse a una nueva reelección en los comicios de 2017. «Sólo me presentaría en caso extremo», dijo, al explicar que lo haría en el caso que observara algún peligro sobre el proyecto de «Revolución ciudadana», como denomina a su estrategia de gobierno.

En Chile, los sindicatos emplazaron al gobierno a «ejercer su mayoría» en la aprobación de una reforma laboral que se debate en el Parlamento, a la que se oponen los empresarios y la oposición.

Y desde la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) elogiaron el anuncio de la presidenta Michelle Bachelet de un proceso hacia una nueva Constitución y se llamó a legislar para que se faculte a la jefa del Estado a convocar a un plebiscito para definir el mecanismo con que confeccionará la nueva carta magna.