Al menos seis agentes de las fuerzas de seguridad afganas murieron y otros cinco resultaron heridos en un ataque perpetrado por milicianos talibán en la provincia de Laghman, en el este de Afganistán, informó la prensa local.

El Ministerio de Defensa afgano indicó que los talibán atacaron anoche un puesto de control en el distrito de Alishing y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, según informó la cadena de televisión Tolo.

Los soldados repelieron el ataque causando «importantes bajas» en las filas de los talibán, según el ministerio.

Gulzar Sangarwal Neyazi, miembro del consejo provincial de Laghman, elevó el balance a al menos 22 agentes de las fuerzas de seguridad afganas y agregó que «decenas de vehículos de las fuerzas de seguridad han resultado dañados en el ataque».

Los talibán no se han pronunciado todavía sobre este hecho, informó la agencia de noticias DPA.

Paralelamente, la milicia anunció que en las últimas 48 horas fueron liberados 53 militares y policías afganos, en el marco del canje de prisioneros pactado en el acuerdo de paz de Doha, lo que no ha impedido que el gobierno afgano anuncie que suspende temporalmente desde hoy el proceso porque los milicianos no están cumpliendo su parte con la misma celeridad que el Ejecutivo.

«Como parte del proceso de liberación de prisioneros, el Emirato Islámico de Afganistán liberó ayer y hoy a 53 prisioneros de la Administración de Kabul en las provincias de Faryab y Badghis», explicó en un mensaje en Twitter Suhail Saheen, portavoz de la delegación de los talibán en Qatar.

«Se les ha dado ropa y 5.000 afganis para transporte», agregó.

A pesar de este anuncio, el Gobierno afgano ha decidido suspender desde este lunes el proceso de liberación porque considera que los milicianos no están cumpliendo su parte de manera recíproca, toda vez que el Ejecutivo ya entregó a más de un millar de insurgentes y los talibán apenas han soltado a 100 detenidos.

Kabul no reanudará el proceso de liberación de presos hasta que los talibán no hayan entregado a 200 policías y militares afganos.

El canje de prisioneros es uno de los puntos clave para el inicio del proceso de paz en Afganistán tras la firma del acuerdo en Doha entre el Gobierno de Estados Unidos y los talibán.

El pacto fija un calendario de retirada de tropas estadounidenses e internacionales, un intercambio de presos y el inicio de un proceso de diálogo entre líderes afganos pero no establece un alto el fuego antes de que comiencen esas conversaciones.

El gobierno afgano reclama a los talibán que acepten un cese de hostilidades y los integristas se niegan a comprometerse con un alto el fuego y exigen que el Ejecutivo de Kabul cumpla con las liberaciones acordadas con Estados Unidos.