Tras informar dos veces que había dado negativo en las pruebas por coronavirus y anunciar un posible tercer análisis, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró hoy que «tal vez» ya se infectó» con el virus y que ahora «tiene anticuerpos»

«Acá en casa, toda la familia dio negativo. Tal vez yo ya fui infectado antes y no lo sabía. Tal vez. Y tengo anticuerpos», afirmó el mandatario, citado por el diario O Globo, luego que subiera a 22 la cantidad de personas que dieron positivo y que estuvieron con él y con Donald Trump en su comitiva en Estados Unidos hace dos semanas.

Bolsonaro hizo las declaraciones a la salida del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, luego de mantener una videoconferencia con empresarios de la Federación de Industrias del estado de San Pablo y comunicarles que redujo de 2,10 a 00,2% el crecimiento del PBI para 2020, tras la primera evaluación de la crisis.

Las asociaciones de empresarios de comercios en shoppings ya prevén 5 millones de despidos este año en el sector.

En paralelo, el Senado de Brasil aprobó de forma remota el «estado de calamidad» en el país, luego de que las autoridades informaran el nuevo balance de víctimas de la pandemia: ocho muertos y 621 casos positivos de coronavirus.

La medida, que ya tenía media sanción, fue aprobada por 75 de los 81 senadores. De los seis que no votaron, tres fue porque tuvieron problemas técnicos para conectarse a la sesión.

La declaración de un estado de calamidad permitirá al gobierno nacional aumentar el gasto público e incumplir el objetivo fiscal establecido para este año, lo que permitirá inyectar más fondos a la lucha contra pandemia.

Pese a este gesto del Congreso, la tensión política no para de crecer en Brasil.

Tras sufrir cacerolazos por tercera noche pidiendo su renuncia, Bolsonaro afirmó hoy estar dispuesto a hablar con su par chino, Xi Jingping, para reducir la tensión diplomática con China abierta por uno de sus hijos, el diputado Eduardo Bolsonaro, a la vez que fustigó las «medidas extremas de los Estados» que actúan a contramano del gobierno federal contra el coronavirus.

Mientras tanto, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo anoche que la actitud de Bolsonaro «sirve para mostrar que en este momento Brasil no tiene Gobierno» y acusó al Poder Ejecutivo de buscar «mejorar la imagen negativa en lugar de cuidar de la salud del pueblo».

Brasil aparece fragmentado frente al coronavirus: por un lado, el gobierno puso en marcha esta semana una auténtica ingeniería legal financiera para ampliar el déficit fiscal, reducir impuestos de cuentapropistas y dar 40 dólares por mes durante tres meses a los trabajadores informales o desocupados.

El gobierno prohibió la entrada de extranjeros que llegan en vuelos de Asia y Europa, pero mantuvo los procedentes de Estados Unidos.

Bolsonaro justificó hoy esa excepción de Estados Unidos, al decir que «no es todo lo grave que se dice la situación norteamericana».

«Es como nuestro caso, no podemos aislarnos del mundo», señaló.

Los estados y municipios hace semanas que siguen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de aislamientos preventivos, distanciamiento social y paralización, dentro de los posible, de las actividades laborales.

A partir de este viernes y hasta el 5 de abril, en San Pablo, la mayor ciudad de Brasil y Sudamérica, no habrá comercios salvo estaciones de servicio, supermercados, panaderías y farmacias.

En tanto, Río de Janeiro expulsó a bañistas de sus playas y ordenó cerrar las fronteras del Estado.

«Es una exageración, parece que fuera otro país», afirmó Bolsonaro, quien cree que la medida tomada por su rival político, el gobernador Wilson Witzel, también de la ultraderecha, es para contrariar al gobierno nacional.

En general, la población brasileña se está autoaislando, en el marco de mensajes contradictorios entre municipios y gobernaciones y el poder central de Brasilia.

Hoy el diputado Alexandre Frota, un actor porno que era aliado de Bolsonaro y ahora se pasó a la oposición, anunció un nuevo pedido de juicio político contra el mandatario por haber atentado contra la salud pública siendo sospechoso de tener coronavirus y saliendo a manifestar con decenas de personas, el domingo pasado.

En tanto, el portal de noticias UOl informó que el 60 % de los municipios carece de respiradores adecuados para enfrentar una ola de enfermos de Covid-19 como la que se registra en Italia y España.

Los problemas de Brasil pasan también por las favelas, donde viven 11 millones de personas según datos oficiales, la mayoría de ellas sin cloacas, problemas de agua potable y falta de acceso al alcohol en gel.