Los ministros de Exteriores del G7, reunidos hasta mañana en Japón, se comprometieron hoy a liderar «la lucha global antiterrorista», con medidas concretas como compartir datos de inteligencia y dificultar el tránsito a sospechosos de pertenecer a grupos yidahistas.

La política antiterrorista fue el tema central de la reunión de cancilleres y ministros de asuntos exteriores en la cumbre que se celebra en Hiroshima, al oeste de Japón, una de las dos ciudades del país asiático devastadas por los bombardeos atómicos a finales de la Segunda Guerra Mundial.

El vocero nipón de Exteriores, Yasuhisa Kawamura, dijo en una rueda de prensa que los recientes atentados de París y de Bruselas y los conflictos armados en Medio Oriente situaron «al terrorismo como uno de los principales desafíos que afronta el mundo en materia de seguridad».

En este contexto, dijo el funcionario japonés, el grupo de los siete -Japón, Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania- «ha decidido tomar la iniciativa para estrechar la colaboración internacional destinada a combatir el terrorismo y el integrismo».

Según informó la agencia de noticias EFE, acordaron «compartir los listados que poseen sus servicios nacionales de inteligencia sobre sospechosos de pertenencia a organizaciones terroristas, que se cotejarían con datos de Interpol».

Y pondrán en marcha un sistema que permitirá a las autoridades aduaneras acceder a la información que poseen las aerolíneas sobre los viajeros y sus trayectos previos, y evitar así la entrada de posibles sospechosos.

Para mañana está prevista una declaración conjunta con estas medidas centrales y en la que también se mencionaría la «necesidad complementaria» de resolver la crisis de los refugiados que huyen de los conflictos en en Medio Oriente.

Se trata de una resolución que sería llamada «Declaración de Hiroshima», destinada a «enviar un mensaje contundente para lograr un mundo libre de armas atómicas», dijo el ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida, a su llegada a la reunión.