El candidato Ciro Gomes se presentó el miércoles en Rio de Janeiro como alternativa de una izquierda «con proyecto» para evitar la «tragedia» de una victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro en las elecciones de octubre en Brasil.

Gomes llamó además a construir una izquierda que deje de «depender de una personalidad extraordinaria», al día siguiente de que el encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva designara a Fernando Haddad, una figura con poco peso propio, para reemplazarlo como candidato del Partido de los Trabajadores (PT).

«Sería una tragedia para las familias brasileñas elegir a una persona completamente hostil hacia nuestra población negra, nuestros indígenas, las mujeres, la población LGBTI», dijo el dirigente del Partido Democrático Trabalhista (PDT), de 60 años, durante una caminata por la feria Saara, una zona de comercio popular en Rio de Janeiro.

«Si Bolsonaro gana, y pido a Dios que no permita que nuestro país sufra esa tragedia, lo felicitaré, le desearé buena suerte porque respeto la democracia… y después lloraré», afirmó.

Con 11% a 13% de las intenciones de voto, Gomes va segundo en las encuestas, lideradas por Bolsonaro (24% a 26%).

Bolsonaro, un excapitán del Ejército que también se ha ganado un alto índice de rechazo por su defensa de la dictadura militar (1964-1985) y sus posturas racistas, misóginas y homofóbicas, convalece en un hospital de Sao Paulo de una puñalada en el vientre recibida el jueves pasado en un mitin electoral.

Gomes es seguido de cerca en los sondeos por otros tres candidatos, entre los que figuran Haddad y la ecologista Marina Silva, quienes también se disputan al electorado de izquierda.

Al ser interrogado sobre qué lo distinguía de ellos, Gomes respondió: «Experiencia, seriedad y proyecto», en alusión a una carrera durante la cual fue alcalde, gobernador de Ceará (noreste), diputado y ministro de Hacienda y de Integración Nacional.

«La izquierda brasileña es excesivamente dependiente de una personalidad extraordinaria, pero un proyecto de izquierda para una nación como Brasil no puede depender de una personalidad extraordinaria», subrayó.

En las últimas cuatro décadas, el expresidente Lula (2003-2010) fue el líder incontestable de la izquierda, y dirigentes del PT afirmaron que en caso de que Haddad sea electo lo consultará con frecuencia, pese a estar cumpliendo una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.

Flanqueado en Rio por hombres de seguridad que no dudaban en apartar a codazos a los periodistas y rodeado por unos 200 militantes, Gómez insistió en una breve arenga sobre la grave situación económica de Rio, un Estado al borde de la bancarrota.

Durante la campaña, prometió ayudar a los brasileños más pobres a renegociar sus deudas, incrementando el recelo de los mercados hacia su candidatura.

«Tengo vivencias, experiencia, ayudé en este proyecto», dijo, recordando que estuvo en contra del impeachment que en 2016 destituyó a la presidenta Dilma Rousseff, sustituida por el conservador Michel Temer, acusado de «golpista» por el PT. «Yo luché contra el golpe», afirmó Gomes.