La reactivación de las negociaciones nucleares entre Corea del Norte y Estados Unidos en Estocolmo dejó más dudas que certezas, luego que el jefe negociador del país asiático diera por «suspendido» el diálogo y el gobierno norteamericano afirmara que mantuvieron «buenas conversaciones» y anunciara una nueva reunión este mes.

«Estados Unidos no hizo nada para prepararse para estas negociaciones, y solo buscó su propio interés político al usar las conversaciones para su política doméstica», denunció un representante de la Cancillería norcoreana y agregó que su gobierno no volverá a sentarse a dialogar hasta que Washington ponga fin a «su política hostil», según la agencia de noticias de ese país, KCNA

La declaración del gobierno de Estados Unidos de que se volverán a reunir en dos semanas «carece de base» sostuvo el funcionario, según reprodujo la agencia de noticias EFE.

Las declaraciones publicadas por KCNA parecen haber terminado de desmentir al comunicado que difundió anoche la vocera del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, y en el que anunciaba que las negociaciones nucleares bilaterales continuarán dentro de dos semanas.

Poco antes de que Estados Unidos se congratulara por la reactivación del diálogo, el jefe negociador norcoreano, Kim Myong-gil, ya había anunciado que las negociaciones «se interrumpieron».

Kim habló con la prensa anoche y dio la versión norcoreana del encuentro: «Las negociaciones no han cumplido nuestras expectativas y finalmente se interrumpieron».

Horas después, desde Washington, Ortagus difundió su comunicado para dejar en claro que las palabras del jefe negociador norcoreano «no reflejan el actual espíritu de la negociación que duró ocho horas y media».

«Estados Unidos aportó ideas creativas y tuvo buenas conversaciones con sus homólogos norcoreanos», explicó y adelantó que su gobierno ya aceptó una invitación de Suecia para participar de una nueva ronda de negociaciones dentro de dos semanas.

El diálogo entre los dos gobiernos pendía de un hilo desde que los presidentes Donald Trump y Kim Jong-un concluyeron su segunda cumbre en Hanoi, Vietnam, con un fuerte desacuerdo: el primero quería un compromiso con la desnuclearización total del país asiático y el segundo demandaba la suspensión inmediata de las sanciones contra su economía.

Tras ese desacuerdo, Trump y Kim se volvieron a ver e intercambiaron sonrisas y declaraciones diplomáticas en la zona desmilitarizada que separa de hecho las dos Coreas desde la guerra de la década de 1950.

Sin embargo, aquel encuentro no incluyó ningún avance concreto.

La reunión de ayer, auspiciada por Suecia, estuvo marcada por un hermetismo total y, con excepción de las interpretaciones contradictorias de sus protagonistas, no se conoce qué puntos de la agenda se discutieron ni cuáles fueron los que provocaron el nuevo desacuerdo.