El ejercicio tenía como fin comprobar la capacidad de combate real del sistema, su precisión y su funcionamiento en maniobras inesperadas.
El juego de guerra anual de primavera incluyó un plan de simulacros móviles al aire libre que duplicó el número del año pasado e incluso se movilizaron las fuerzas armadas de 11 países satélite bajo el llamado "Comando de la ONU".
El Ejército surcoreano detectó el lanzamiento e "incrementó la vigilancia en estrecha colaboración con Estados Unidos". El país norteamericano y Corea del Sur aseguran que el líder norcoreano y Putin tienen un pacto de cambio de armas norcoreanas por asesoramiento ruso en tecnología de satélites.
A diferencia de los misiles balísticos, el test de misiles de crucero no está prohibido bajo el régimen de sanciones aplicado por Naciones Unidas sobre Corea del Norte.
El país que preside Kim Jong-un realizó la maniobra militar como respuesta a los ejercicios navales realizados por Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.
El mandatario norcoreano, Kim Jong-un amenazó con una guerra abierta si su país vecino del sur viola al menos “0,001 milímetros” de su territorio. Su par Yoon Suk-yeol dijo que una provocación del Norte recibirá una réplica “multiplicada”.
Si bien descartó que no iniciará una guerra “unilateralmente”, el líder de Corea del Norte dijo que si el país limítrofe intenta utilizar armas que amenacen su soberanía, no dudarán en aniquilarlos usando todos los medios, inclusive la fuerza de sus propias manos.
Las relaciones entre las dos Coreas están en un momento de tensión no visto en décadas, después de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, inscribiera en la Constitución la vocación del país como potencia nuclear, y probara varios misiles balísticos intercontinentales.
Según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, la información recopilada indica que el país asiático proporcionó recientemente sistemas de lanzamiento y varios misiles balísticos al Kremlin.
En un largo discurso al término de una reunión de cinco días del Comité Central del Partido de los Trabajadores, Kim acusó a Estados Unidos de plantear "varios tipos de amenaza militar" y ordenó que su ejército vigile de cerca la situación de seguridad en la península que comparte con Corea del Sur y que "responda siempre con una actitud abrumadora".
Kim Jong-un aseguró que “la situación militar en la península coreana se volvió “extrema” debido a las confrontaciones “sin precedentes” de Washington. Dijo que 2023 fue un “año de gran cambio” en el que su país logró “victorias reveladoras”.
Los comentarios del líder a las Fuerzas Armadas de su país llegaron tras un encuentro que mantuvieron la semana pasada entre Corea del Sur y Estados Unidos en Washington, donde se discutió la disuasión nuclear en caso de un conflicto con el Norte.