Pyongyang rechazó hoy de manera «total y categórica» la condena de la ONU contra el lanzamiento de un misil de medio rango efectuado a modo de prueba el pasado domingo y recordó que Estados Unidos también probó recientemente proyectiles intercontinentales sin que el organismo lo haya cuestionado.

«El lanzamiento de prueba exitoso del Hwasong 12 (nombre del misil lanzado) es de gran y especial importancia para asegurar la paz y la estabilidad en la península coreana y en la región», dijo un portavoz de la Cancillería norcoreana citado por la agencia estatal KCNA.

El misil lanzado el último domingo mostró un rendimiento mejorado y demostró una vez más los avances que está consiguiendo el régimen del Kim Jong-un de cara a desarrollar en el futuro un misil intercontinental capaz de alcanzar Estados Unidos, informó la agencia de noticias EFE.

Al día siguiente del lanzamiento el Consejo de Seguridad de la ONU condenó en un comunicado la acción y se declaró dispuesto a endurecer las sanciones contra el país asiático.

Al respecto, la diplomacia norcoreana rechazó «de manera categórica y total el comunicado de condena del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pone en duda su refuerzo de la disuasión nuclear para la autodefensa».

El portavoz de Exteriores recordó que «recientemente y en el espacio de una semana (los días 26 de abril y 3 de mayo) Estados Unidos realizó dos lanzamientos de prueba de misiles balísticos intercontinentales, aunque el Consejo de Seguridad nunca los mencionó».

El vocero diplomático consideró que la autodefensa es una cuestión de soberanía nacional en la que organismos como la ONU no deben intervenir y amenazó de nuevo a Estados Unidos con una pronta respuesta a cualquier «provocación militar» de Washington.

«Los sistemas de armas más perfeccionados del mundo no serán nunca propiedad exclusiva y eterna de los Estados Unidos, y de seguro llegará el día en que la República Popular Democrática de Corea (RPDC) use los medios de represalia correspondientes» advirtió el comunicado.

«Será entonces cuando Estados Unidos verá por sí mismo si los misiles balísticos de la RPDC le suponen una verdadera amenaza o no», concluye el texto.

El último lanzamiento norcoreano se produjo en un momento de particular tensión en la península debido a que a la par de las insistentes pruebas de armas por parte de Pyongyang, se endureció la retórica del gobierno de Trump, que ha insinuado que podría realizar ataques preventivos.