Los manifestantes en Hong Kong paralizaron el centro financiero asiático por tercer día consecutivo y la policía advirtió que la situación está «un paso más cerca del terrorismo».

Más de mil manifestantes bloquearon las rutas que conducen al corazón del distrito comercial de Hong Kong durante el mediodía y, a causa del caos generado, gran parte de las escuelas y universidades del país permanecieron cerradas por tercer día seguido.

Durante la jornada del martes, hubo enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, luego de que los primeros ataquen a la red de transporte de la ciudad, y arrojen objetos a las fuerzas de armadas, quienes respondieron disparando gases lacrimógenos y cañones de agua.

«El estado de derecho de Hong Kong ha sido llevado al borde del colapso total, ya que los manifestantes enmascarados intensifican su violencia de manera imprudente con la esperanza de poder salirse con la suya», dijo el portavoz de la policía, Kong Wing-cheung.

¿Qué rol juega Estados Unidos?

El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, manifestó su deseo porque su país apruebe una legislación para apoyar a los manifestantes en Hong Kong y acusó a China de impedir la autonomía de este país y reprimir las protestas.

Una legislación de este tipo sometería el estado comercial especial de Hong Kong a Estados Unidos a revisiones anuales y establecería sanciones contra los funcionarios considerados responsables de socavar las «libertades y autonomía fundamentales» de Hong Kong.

Mientras tanto, la Cámara de Representantes -controlada por los demócratas- aprobó a mediados de octubre el proyecto de ley de forma unánime, provando furia entre los funcionarios chinos, quienes aseguraron que los legisladores norteamericanos tenían «intensiones siniestras».

Por su parte, el Comité de Relaciones Exteriores aprobó una medida similar en septiembre, pero no fue programada para una votación en el Senado, que debe aprobar el proyecto de ley antes de que pueda enviarse al presidente Donald Trump.