La suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reveló hoy, a una semana del inicio de la sesión final sobre su juicio político, que recibió una carta del papa Francisco, aunque no quiso revelar el contenido.

El papa «escribió una carta para mí pero no diré nada más sobre eso, no fue una carta oficial del Vaticano, no es una carta para ser divulgada» expresó Rousseff durante una conferencia de prensa ofrecida a medios locales y agencias internacionales en el Palacio de la Alvorada, donde trabaja y reside desde que fue suspendida del cargo el 12 de mayo pasado.

La mandataria admitió dos errores, uno de ellos elegir como vicepresidente a Michel Temer, a quien calificó de «usurpador» y el otro haber reducido los impuestos a los sectores empresariales frente a la crisis mundial sin haber obtenido la contrapartida de la inversión privada para impulsar la economía.

«Fue un error elegir como vicepresidente a alguien que tiene una actitud de conspiración y usurpación», dijo Rousseff en el Palacio de la Alvorada.

También reconoció que la reducción fiscal hacia las empresas durante su primer mandato, acompañada por la caída de la recaudación por la baja del precio de las materias primas fue un equívoco porque «no generó ampliación de inversiones» sino que empeoró la crisis económica.

Rousseff dijo que va a «defender la democracia y la justicia» durante su alegato ante el Senado, el próximo 29 de agosto, antes de la votación que puede destituirla del cargo, de acuerdo a todos los pronósticos.

«Lo único que espero es justicia, no puedo esperar otra cosa, sería una aberración condenar a una persona inocente», dijo al referirse al delito de violación de la ley fiscal por manejos contables en el presupuesto de 2015 que los aliados del interino Temer le adjudican y votaron en mayoría, por 59 a 21 votos.

El «golpe» tiene como objetivo detener conquistas sociales y derechos, subrayó.