Mientras Estados Unidos y China avanzan en conversaciones en busca de un acuerdo que zanje su guerra comercial, un representante de Washington calificó este domingo de «ilegales» e «inaceptables» los reclamos de Beijing sobre casi la totalidad del mar de la China meridional, donde países del sudeste asiático hacen prospecciones en busca de hidrocarburos.

China y Estados Unidos volvieron a conversar por vía telefónica para tratar de cerrar un acuerdo parcial para atenuar la guerra comercial que mantienen las dos mayores economías del planeta.

El viceprimer ministro chino, Liu He, que encabeza la delegación de su país, sostuvo este sábado la conversación telefónica con el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

«En las conversaciones telefónicas, las dos partes abordaron de forma constructiva las preocupaciones centrales de cada uno sobre la ‘primera fase’ del acuerdo comercial, y acordaron seguir en estrecho contacto», según detalló la agencia de noticias estatal china Xinhua.

Estados Unidos y China avanzan hacia un acuerdo parcial que incluya la retirada gradual de los aranceles que ambas partes se han ido imponiendo durante la guerra comercial, que comenzó en marzo de 2018 y tuvo fuertes repercusiones globales.

El Gobierno chino anunció el 7 de este mes que se había llegado a una serie de «consensos» tras conversaciones «extensas, constructivas y serias» entre ambas partes.

«Las dos partes han acordado eliminar los aranceles a medida que se vayan haciendo progresos. Si China y Estados Unidos llegan a un acuerdo en la ‘primera fase’, las dos partes deberían eliminar los aranceles simultáneamente y en la misma proporción», dijo entonces Gao Feng, portavoz del Ministerio de Comercio, en rueda de prensa.

El presidente estadounidense, Donald Trump, describió el pacto como la «primera fase» en un proceso que puede desarrollarse en hasta tres etapas, y aseguró que dejaba de lado sus planes de subir los aranceles a las importaciones del gigante asiático a finales de año.

No obstante, la semana pasada Trump avisó de que si el pacto no cristaliza no dudará en elevar los aranceles.

Por su parte, China se ha comprometido a aumentar sus compras de productos agrícolas estadounidenses hasta llegar a entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, una cifra que, según Trump, es entre «2,5 y 3 veces superior» a lo que Beijing «había comprado hasta ahora en su punto más álgido», cuando rozó los 17.000 millones de dólares.

En cualquier caso, ninguno de los dos Gobiernos ha publicado hasta el momento detalles del acuerdo.

Trump solo indicó que incluye algunas medidas relativas a la devaluación de la divisa china y temas de propiedad intelectual, aunque no trata la transferencia forzada de tecnología en China, un tema que se discutirá «en la segunda fase».

Pero mientras avanzan en este intento de acuerdo, la pulseada se mantiene en otro terreno, según se desprende de las afirmaciones del secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, que rechazó por «ilegales» e «inaceptables» los reclamos de soberanía que hace Beijing sobre casi la totalidad del mar de China Meridional frente a otros países del Sudeste Asiático.

Esper dijo esto en una reunión en Bangkok de ministros de Defensa de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y socios externos, donde denunció que la guardia marina china «amenaza» a barcos filipinos, indonesios, malasios y vietnamitas y participan en prospecciones para la búsqueda de combustible fósil en aguas disputadas con Hanói.

El funcionario estadounidense también afirmó que los reclamos y la militarización china en el citado mar va en contra de la ley internacional.

El Gobierno chino reclama casi la totalidad del mar de China Meridional, espacio marítimo clave para el comercio internacional y potencialmente rico en recursos naturales que también reivindican parcialmente Brunéi, Filipinas, Malasia y Vietnam, países integrantes de la ASEAN.