Los militares que dieron un golpe de estado en Níger nombraron este viernes a un general como nuevo líder al mando del país, mientras el presidente derrocado, Mohamed Bazoum, lleva tres días secuestrado.

El general Abdourahamane Tchiani anunció en la televisión estatal que fue nombrado «presidente del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria», como se autodenomina la junta militar que derrocó a Bazoum.

Conocido el anuncio, Francia dijo públicamente que «no reconoce a las autoridades» surgidas del golpe y considera a Bazoum, «elegido democráticamente», como «el único presidente de la República del Níger».

«Reiteramos en los términos más firmes las demandas claras de la comunidad internacional de que se restablezca sin demora el orden constitucional y el poder civil democráticamente elegido en Níger», afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores francés en un comunicado.

La junta militar advirtió a su vez en un comunicado que enfrentará «cualquier intervención militar extranjera».

Tchiani, exjefe de la guardia presidencial, justificó el golpe de Estado en la «degradación de la situación de seguridad» en este país del oeste de África que se independizó de Francia en 1960 asolado por la violencia de grupos yihadistas.

«El enfoque actual en materia de seguridad no ha permitido asegurar (sic) el país, a pesar de los grandes sacrificios del pueblo nigerino y del apoyo apreciable y apreciado de nuestros socios exteriores», aseguró el militar.

Los golpistas anunciaron «la suspensión hasta nueva orden de las actividades de los partidos políticos» y llamaron a la población a la «calma» tras los incidentes al margen de una manifestación en apoyo a la asonada militar.

Durante esta marcha, los asistentes ondearon banderas rusas y entonaron consignas contra Francia. En paralelo, un grupo de jóvenes se dirigió a la sede del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS, la formación de gobierno), a pocos kilómetros de la manifestación, e incendiaron vehículos.

Pese a las prohibiciones decretadas por los militares, para este viernes está prevista una nueva manifestación convocada por partidos de oposición al gobierno democrático.

Estas organizaciones expresaron en un comunicado que «condenan cualquier cambio por la fuerza, pero apoyan las motivaciones» de los militares golpistas.

La junta militar suspendió las instituciones, cerró las fronteras terrestres y aéreas e instauró el toque de queda nocturno en todo el territorio.

El mandatario derrocado está retenido desde la mañana del miércoles en la zona residencial del palacio presidencial, cercado por miembros de su escolta.

Bazoum permanece secuestrado junto a su familia y pudo comunicarse con otros jefes de Estado, consignó la agencia de noticias AFP.

Además del comunicado oficial de desconocimiento del Gobierno golpista, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, condenó este viernes la asonada militar y exigió la liberación de Bazoum.

«Este golpe de Estado es completamente ilegítimo y profundamente peligroso para los nigerinos, para Níger y para toda la región», dijo Macron en una declaración desde Papúa Nueva Guinea, donde realiza una visita.

La Unión Europea (UE) sumó su condena y amenazó este viernes con suspender la ayuda financiera al país, mientras Estados Unidos y otras naciones ya emitieron condenas en las últimas horas.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, informó que habló con Bazoum y que le expresó «claramente que Estados Unidos lo apoya firmemente».

El ejército de Níger expresó ayer su apoyo a los militares golpistas, quienes acusaron a Francia, que tiene 1.500 soldados desplegados en Níger, de haber infringido el cierre de fronteras decretado al hacer aterrizar un avión militar en el aeropuerto internacional de la capital, Niamey.

La Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (Cdeao) exigió «la liberación inmediata» de Bazoum y afirmó que el mandatario «sigue siendo el presidente legítimo y legal del Níger reconocido» por esta organización.

Después de los golpes de estado en Mali y Burkina Faso, Níger era uno de los últimos aliados de las potencias occidentales en la región del Sahel, una zona asolada por grupos yihadistas como Estado Islámico y Al Qaeda.

Los gobiernos militares de Malí y Burkina Faso se han acercado a Rusia tras exigir la salida de su territorio de los soldados franceses.

Tchiani, de habitual baja exposición pública, era hasta ahora y desde 2011 el jefe de la guardia presidencial.

La acción golpista comenzó el miércoles por la mañana, cuando miembros de la Guardia Presidencial rodearon la casa de Bazoum en Niamey, y lo detuvieron.

Analistas y medios de la región afirmaron que la supuesta razón del alzamiento fue la intención de Bazoum de despedir justamente a Tchiani.

En su primera declaración pública desde su detención, Bazoum prometió el jueves proteger los logros democráticos «duramente conseguidos».

«Los logros obtenidos con mucha lucha serán salvaguardados. Todos los nigerinos que aman la democracia y la libertad velarán por ello», declaró Bazoum en un mensaje publicado en la red social X, el nuevo nombre de Twitter.

La oenegé Human Rights Watch señaló que los derechos humanos están «amenazados» tras el golpe, aunque la junta afirmara el viernes su «voluntad» de respetarlos.