El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, llegó este martes a Pekín para reunirse con su par chino, Xi Jinping, en una visita de tres días en la que abordarán las relaciones bilaterales y la posibilidad de que China facilite conversaciones de paz con Israel.

Las autoridades chinas informaron que Abbas, que realiza su quinta visita oficial a China, se quedará en el país hasta el viernes, mientras que la agencia de noticias oficial palestina Wafa precisó que los mandatarios mantendrán una reunión cara a cara.

Los dos deben «intercambiar opiniones (…) sobre los últimos acontecimientos en el terreno palestino, así como cuestiones regionales e internacionales de preocupación mutua», informó Wafa, y agregó que Abbas también tiene previsto reunirse con el primer ministro chino, Li Qiang.

El líder palestino está acompañado del ministro de Relaciones Exteriores, Riad al Maliki, y el viceprimer ministro, Ziyad Abu Amr, según Wafa.

La visita fue anunciada la semana pasada por la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores chino Hua Chunying, quien precisó que la llegada del líder palestino responde a una invitación formulada por el propio Xi.

Abbas es «un viejo y buen amigo del pueblo chino», aseguró poco después del anuncio el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.

«China siempre ha respaldado firmemente la causa justa del pueblo palestino de restaurar sus legítimos derechos nacionales», agregó.

«Será el primer jefe de Estado árabe en ser recibido en China este año, lo que dice mucho sobre el alto nivel de relaciones amistosas entre China y Palestina», explicó.

Asimismo, Wang subrayó que «China y Palestina disfrutan de una amistad tradicional» y recordó que Pekín fue «uno de los primeros en reconocer a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y al Estado de Palestina».

«Durante los últimos años, gracias a la guía personal de Xi y Abbas, las relaciones sino-palestinas han mantenido un buen impulso de crecimiento con una confianza política mutua más firme y una amistad más profunda entre los dos pueblos», manifestó.

Agregó que China estaba dispuesta a llevar estas relaciones «a un nuevo nivel».

Por otra parte, aseveró que la ocupación israelí de las tierras que los palestinos reclaman para fundar un Estado «está en el centro de los problemas de Medio Oriente y afecta a la paz y la estabilidad de la región y a la igualdad y la justicia a nivel mundial».

«China ha presentado en más de una ocasión propuestas para resolver la cuestión palestina, subrayando la necesidad de avanzar de forma decidida hacia un acuerdo político fundamentado en la solución de dos estados y la intensificación de los esfuerzos internacionales hacia la paz», argumentó.

Por último, Wang recalcó que, «como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, China seguirá trabajando con la comunidad internacional de cara a lograr cuanto antes una solución exhaustiva, justa y duradera a la cuestión palestina».

El Gobierno chino anunció a mediados de abril su disposición a mediar en el conflicto entre israelíes y palestinos, tras comunicárselo durante dos conversaciones telefónicas separadas a sus homólogos israelí y palestino, Eli Cohen y Al Maliki, respectivamente.

El ministro de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang, indicó que «la clave para resolver el problema palestino-israelí radica en defender el concepto de seguridad común» y recalcó que Beijing «no tiene intereses propios en este tema y sólo espera que Israel y Palestina puedan coexistir pacíficamente y mantener la paz y la estabilidad en la región».

China ha venido aumentando su papel en la escena regional y tuvo un rol clave en el acuerdo firmado en marzo entre las principales potencias de la zona, Irán y Arabia Saudita, para restablecer sus relaciones, rotas en 2016.

El acuerdo ha permitido una reducción de las tensiones en Medio Oriente y la aceleración de los contactos en busca de un acuerdo de paz en Yemen.

Antes del acuerdo, en diciembre, Xi había visitado Arabia Saudita en un viaje regional en el que también se reunió con Abbas y abogó por «trabajar para una solución temprana, justa y duradera de la cuestión palestina».