El papa Francisco rechazó la renuncia del arzobispo de Munich, el cardenal alemán Renhard Marx, quien a fines de mayo había presentado su dimisión a su cargo por los casos de abusos en el clero de su país, y aseveró que «toda la Iglesia está en crisis» por la pederastía.

«Continúa como lo propones pero como Arzobispo de Munich y Fresinga», le dijo Francisco a Marx, de 67 años y en su cargo desde 2007, en una carta divulgada hoy por el Vaticano en la que el Papa resaltó el «coraje» del purpurado por poner a disposición su dimisión.

«Toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos; más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis», planteó el pontífice en la carta dada a conocer por la oficina de prensa del Vaticano. «La política del avestruz no lleva a nada, y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual», sentenció el Papa en el escrito fechado este jueves en el Vaticano.

Marx, cardenal consejero del Papa y arzobispo de Munich y Frisinga, envió una carta con su renuncia al cargo el 21 de mayo por la crisis de abusos en la Iglesia alemana como una forma de «asumir la corresponsabilidad» por los casos de pederastía y con fuertes críticas a los sectores de la Curia «que rechazan cualquier tipo de reforma» para hacer frente a esos delitos, informó la semana pasada el Vaticano.

Para Francisco, «asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad y además debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual». «Tenemos que hacernos cargo de la historia, tanto personal como comunitariamente», aseveró Jorge Bergoglio en la carta divulgada hoy.

En ese marco, según el Papa, «los silencios, las omisiones, el dar demasiado peso al prestigio de las Instituciones sólo conducen al fracaso personal e histórico, y nos llevan a vivir con el peso de tener esqueletos en el armario, como reza el dicho».

Para Francisco, «es urgente ventilar esta realidad de los abusos y de cómo procedió la Iglesia, y dejar que el Espíritu nos conduzca al desierto de la desolación, a la cruz y a la resurrección». «Nos hemos equivocado, hemos pecado. No nos salvarán las encuestas ni el poder de las instituciones. No nos salvará el prestigio de nuestra Iglesia que tiende a disimular sus pecados; no nos salvará ni el poder del dinero ni la opinión de los medios (tantas veces somos demasiado dependientes de ellos)», planteó con dureza el Papa.

En su carta, Marx había planteado que «la Iglesia en Alemania está atravesando momentos de crisis». «Básicamente, para mí se trata de asumir la corresponsabilidad de la catástrofe del abuso sexual perpetrado por representantes de la Iglesia en las últimas décadas», planteó el purpurado, integrante también del consejo de cardenales asesores del Papa para la reforma de la Iglesia.

Para Marx, además, la situación de la Iglesia universal llegó quizás a un «punto muerto» en el tema abusos, aunque mostró su «esperanza» de que se convierta en un «punto de cambio».

«Las controversias y discusiones más recientes han demostrado que algunos de los representantes de la Iglesia no quieren aceptar esta corresponsabilidad y, por tanto, también la co-culpa de la Institución», lamentó Marx en su carta.

«En consecuencia, rechazan cualquier tipo de reforma e innovación sobre la crisis vinculada al abuso sexual», criticó el cardenal de 67 años y presidente de la Conferencia Episcopal de su país entre 2014 y 2020.

Horas después de la divulgación de la carta, Marx insistió en declaraciones a la prensa en Alemania que la idea de su renuncia fue consensuada con el Papa, al tiempo que, de manera implícita, convocó a otros obispos alemanes a seguir su ejemplo.

«No quiero decirle a los demás obispos qué tienen que hacer, pero la Iglesia en Alemania necesita un nuevo impulso», afirmó Marx en declaraciones transmitidas por el arzobispado.

«Me reuní con el Papa el 21 de mayo y le conté mi intención. El Papa quiso que esperara, y después me envió un correo electrónico para que publicara la carta, y continuara a su servicio», confesó Marx ante los medios.

En ese marco, el purpurado justificó su decisión en que «las víctimas esperan señales de que alguien se haga responsable también de toda la institución y del pasado».