El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó este jueves en El Cairo que avanzar hacia la creación de un Estado palestino y el acercamiento entre Israel y los países árabes permitirá «aislar a Irán», país al que la Casa Blanca acusa de apoyar al movimiento islamista palestino Hamas y a los rebeldes hutíes de Yemen que atacan buques comerciales en el mar Rojo.

«La seguridad y la integración (regional) de Israel están vinculados al hecho de abrir la vía a un Estado palestino», dijo secretario de Estado estadounidense, al concluir su gira en Oriente Medio para evitar la propagación del conflicto de la Franja de Gaza.

El acercamiento árabe-israelí permite aislar a Teherán «y a sus aliados que tanto daño causan (a Estados Unidos) y a casi todo el mundo en la región», dijo en alusión a los ataques de los rebeldes hutíes contra los barcos en el mar Rojo.

«Creo que esta visión está muy clara para muchos dirigentes» de Medio Oriente, insistió en declaraciones citadas por la agencia de noticias AFP.

En 2020, tres países árabes (Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos) firmaron acuerdos con Israel, después de Egipto y Jordania en 1979 y 1994.

La guerra en la Franja de Gaza interrumpió un proceso parecido iniciado por Arabia Saudita.

«El conflicto debe cesar para que la situación evolucione», dijo Blinken.

La guerra en el enclave palestino se inició luego de que milicianos de Hamas y otros grupos armados atacaran territorio israelí el 7 de octubre, cuando mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a unas 240, entre ellos una veintena de argentinos.

En represalia, Israel inició una ofensiva que ya dejó más de 23.400 muertos y 1,9 millones de desplazados en la Franja de Gaza, según el Ministerio de Salud local controlado por Hamas.

Israel «desmovilizó un número importante de fuerzas» desplegadas en Gaza, aseguró el jefe de la diplomacia estadounidense.

Blinken, que en el marco de su viaje estuvo en Israel, se reunió en El Cairo con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi antes de volar de regreso a Estados Unidos, al término de una gira por nueve países, entre ellos Turquía y Arabia Saudita, así como por Cisjordania ocupada, con el objetivo de evitar la expansión del conflicto en la región.