Después de que el presidente estadounidense Donald Trump se manifestara a favor de la divulgación completa del informe sobre el Rusiagate que lo exculpó de conspirar con Rusia para ganar las elecciones de 2016, quedó exonerado de culpas y con más libertad.

De esta manera, Trump tendrá las manos más libres para recalcular el vínculo de Estados Unidos con el resto del mundo, situación que se estaba tornando extremadamente peligrosa.

Según algunos analistas internacionales, el ahora desinflado “Rusiagate” se inició en 2015 en el Cuartel General de Comunicaciones británico (Gchq), en la agencia de seguridad nacional británica y en la agencia de inteligencia MI6, las redes de inteligencia bajo la dirección de sir Richard Dearlove y sir Andrew Wood.

Por ello, el presidente estadounidense y su abogado personal, Rudy Giuliani, saben que el avance vino de los británicos y llevaron al letrado a pedir “el nombre de la persona que inició esto”.

Por lo tanto, una investigación bien enfocada desde la Casa Blanca va hacer estallar la “relación especial” entre Estados Unidos y Gran Bretaña, junto con las políticas bélicas y de Guerra Fría del imperio británico.

Eso acabaría con la política de confrontación bélica geopolítica en la que Londres ha arrastrado a Trump a través la campaña macarthyista incansable, dirigida en el terreno por los demócratas más prominentes, que se constituyen en los nuevos “neoconservadores”.

Más adelante, afirman que “el Presidente Trump se volvería relativamente más libre de seguir la perspectiva política de la que ha hablado pero que se le ha impedido realizar, de cooperar con las otras grandes potencias, Rusia y China en particular, para consolidar la paz y quizás también para cooperar en el desarrollo de las regiones asoladas por la guerra”.

“Lo mejor de todo es que este cambio repentino se inicia en el momento justo en que en el plano internacional se expande el nuevo paradigma de progreso económico y científico que encarna la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, con sus grandes proyectos de infraestructura, en Asia, África, Iberoamérica, y ahora en Europa con el nuevo acuerdo entre Italia y China”, finalizaron.