«Hay hombres y mujeres que necesitan hospitalidad y ayuda cuando llegan en barcazas a las costas europeas», subrayó el Papa al referirse a las políticas migratorias europeas en un histórico discurso en la ciudad francesa de Estrasburgo.

En el aeropuerto de la capital de Alsacia, en medio de amplias medidas de seguridad, un grupo de seguidores del Papa lo recibieron con cánticos y música alusivas.

Desde que Juan Pablo II visitó el Parlamento y el Consejo de Europa en 1998, esta es la primera visita del Papa a la Eurocámara.

«Afrontar juntos la cuestión migratoria, no se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio», afirmó el Papa ante el Parlamento Europeo

«No tener en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y continuas tensiones sociales», dijo.

El papa Francisco deploró, además, la imagen de una Europa «envejecida» y llamó a los europeos a asumir un mayor liderazgo en un mundo cada vez más interconectado.

Y continuó: «Una Europa anciana que ya no es fértil ni vivaz». Y agregó: «Desde muchas partes, se recibe una impresión general de cansancio y de envejecimiento».

El presidente de la Eurocámara, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, recibió al pontífice argentino con todos los honores protocolarios.

Tras su discurso ante los eurodiputados de los 28 países de la Unión Europea (UE), Francisco se trasladará al Consejo de Europa, en el que están representados 47 países, entre ellos Rusia y Ucrania. Allí se estima que Francisco pedirá el fin de la guerra en el este de Ucrania.

Se trata de una visita histórica por su brevedad ya que está previsto no supere las cuatro horas, apenas lo suficiente para que Francisco pronuncie dos esperados discursos.