Francia buscaba activamente este sábado al hombre sospechoso del ataque con paquete bomba que causó 13 heridos leves en la ciudad de Lyon, sin que por el momento se confirme la pista terrorista.

La policía pidió la colaboración de testigos y difundió la fotografía del sospechoso, captada por una cámara de vigilancia municipal. En esta se ve a un hombre «con un suéter oscuro de manga larga» y un «pantalón corto claro» empujando una bicicleta negra. Según una fuente cercana a la investigación, el sospechoso tiene alrededor de 30 años.

«Tenemos un dispositivo de videoprotección que está bastante extendido, por lo que hemos podido ver a la persona llegar e irse en su bicicleta, quizás contaremos con cierto número de testigos que podrán hacernos avanzar en la investigación», añadió el alcalde de Lyon y exministro del Interior Gérard Collomb, contactado por teléfono por la AFP.

La ciudad de Lyon (centro-este), con su medio millón de habitantes, es la tercera más poblada de Francia, después de París y Marsella.

La sección antiterrorista de la fiscalía de París, encargada del caso, abrió «una investigación de flagrantes cargos de intento de asesinato en relación con una actividad terrorista y asociación terrorista criminal».

Sin embargo, la ministra de la Justicia Nicole Belloubet señaló el viernes por la noche que era «demasiado pronto» para hablar de un «acto terrorista».

El individuo es sospechoso de haber colocado una bolsa o un paquete explosivo, con tornillos o clavos en su interior, delante de una panadería de una calle peatonal comercial en el centro de Lyon.

Según un último balance, 13 personas, incluida una niña de diez años, resultaron heridas leves, «afectadas en las extremidades inferiores» según el exministro.

El alcalde del distrito dos de Lyon, Denis Broliquier, precisó que «la carga era relativamente poco importante ya que la onda expansiva hizo estallar los cristales del mostrador refrigerador pero no hay más» daños.

Una fuente administrativa local confirmó el sábado a la AFP que el paquete contenía una «carga explosiva relativamente débil» y había sido «activada a distancia».

Lyon conmocionada

El sábado por la mañana, se levantó el cordón de seguridad en el lugar y algunos viandantes que paseaban libremente se mostraban curiosos por los numerosos periodistas concentrados frente a la panadería donde ocurrió la explosión.

El establecimiento, cuya persiana metálica seguía cerrada, y sus alrededores no mostraban ninguna señal de la explosión, constató un periodista de la AFP.

En una primera reacción el viernes, el presidente Emmanuel Macron habló de «un ataque», pero en un tuit enviado por la noche, se mostró más prudente, y lamentó simplemente «la violencia que se cernió» sobre los lioneses, antes de dirigir su «pensamiento» a los heridos.

Los hechos ocurrieron dos días antes de que los franceses voten el domingo en las elecciones al Parlamento Europeo. El país vivió una ola de atentados yihadistas sin precedentes desde 2015 que causó en total 251 muertos.

El último atentado yihadista en Francia, el 11 de noviembre de 2018 en Estrasburgo (noreste), causó cinco muertos y 10 heridos.

Chérif Chekatt, de 29 años, irrumpió con una arma en la mano en el centro histórico de la capital alsaciana, en la frontera alemana, conocida por su mercado de Navidad. Al cabo de dos días de búsqueda, una patrulla de policía lo abatió finalmente.

En cuanto a los ataques con paquete bomba, el último tuvo lugar en diciembre de 2007, cuando una explosión en un despacho de abogados -cuyas razones siguen siendo desconocidas- causó un muerto y un herido.

Desde el tiroteo de Estrasburgo, el plan nacional de lucha contra el terrorismo (Vigipirate) se mantuvo en el nivel de «seguridad reforzada – riesgo atentado» en todo el territorio francés, señal de una amenaza terrorista persistente para las autoridades.