Foto: Adrienne Surprenant / AP.

 

Cientos de miles de franceses (al menos 237.000 admitió el Ministerio del Interior francés), salieron este sábado a las calles de más de 100 ciudades, por cuarto sábado consecutivo, a expresar su rechazo a las medidas de control de la Covid-19, especialmente contra el pase sanitario y la vacunación obligatoria para el personal de salud.

El número de manifestantes superaba a los del último sábado y resulta aún más importante si se tiene en cuenta que es pleno verano en el hemisferio norte.

Las marchas llegan a dos días de la entrada en vigor de gran parte de las restricciones y coincidieron con un nuevo mensaje del presidente Emmanuel Macron, que volvió a instar a la vacunación.

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Desde el lunes habrá que mostrar un certificado de vacunación, un test PCR negativo o un certificado de recuperación de la enfermedad para poder acceder a los cafés y restaurantes, salas de espectáculo y ferias profesionales, o para realizar un trayecto largo en avión, tren o colectivo.

Macron impulsó estas medidas como forma de apurar la campaña de vacunación, que ya llegó a de 44 millones de franceses con al menos una dosis (casi el 66% de la población) y, más bien, para presionar a los reticentes a inmunizarse.

Aunque la epidemia vuelve a estar “en expansión”, muchos franceses ven estas medidas como un ataque a las libertades civiles.

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«Macron, no quiero tu pase [sanitario]» o «Macron, no queremos ni verte» fueron algunos de los lemas escuchados en el centro de París, en una protesta que contó con «chalecos amarillos» entre los participantes y que, según Interior, reunió a unas 17.000 personas.

En el departamento de Provenza-Alpes-Costa Azul, en la costa Mediterránea, al menos 37.000 personas se manifestaron en ciudades como Toulon, Niza o Marsella, y otros miles salieron a las calles en Toulouse (5.000), Nantes (5.300), Burdeos (3.300) o Lyon (2.500).

En la ciudad de Cambrai, en el norte del país, donde se reunió un centenar de manifestantes, algunos comercios estaban cerrados como forma de protesta.

Y en Montpellier, varios manifestantes insultaron a un farmacéutico que realizaba test de coronavirus en su establecimiento, tratándolo de «colaboracionista», como se denominaba a los que ayudaban al régimen nazi en Francia, y «asesino».

También en Marsella tuvo lugar una movilización cuantiosa, la cual incluyó también a bomberos que se oponen a las medidas de Macron, consideradas por demás de autoritarias.

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La mayoría de marchas fueron pacíficas, pero en Lyon hubo siete detenidos por lanzar proyectiles, mientras que en Dijon algunos manifestantes bloquearon la línea de tranvía.

El Ministerio de Interior indicó que hubo 35 detenidos en el país y siete agentes sufrieron heridas leves, según la agencia de noticias AFP.

El jueves último el Tribunal Constitucional refrendó la extensión del pase sanitario a más espacios públicos y la obligación de que se vacune el personal sanitario.

Buena parte de los manifestantes, algunos vacunados, ven en esta imposición del pase sanitario una «obligación camuflada para vacunarse» y «una sociedad de control», y temen que los empleadores puedan suspender temporalmente el contrato de un trabajador si este no tiene el pase en regla.