En los últimos días, Rusia y Siria lanzaron una ofensiva por  tierra, mar y aire en contra de los grupos yihadistas. Las fuerzas terrestres sirias, respaldadas con la cobertura aérea rusa, lanzaron operaciones para retomar el territorio de Hama, en la provincia de Idlib, que tenía ya meses en manos rebeldes.

Hasta el New York Times reconoció que la ofensiva actual se ha venido planeando durante los últimos cuatro a seis meses, y participan estrategas rusos, sirios, iraníes y del Hezbolla.

El ministro de Defensa ruso señaló que el trabajo intensivo de diferentes servicios de inteligencia había posibilitado la detección de un gran número de diversas instalaciones del EI: puestos de mando, depósitos de municiones, depósitos de equipo militar, campos de entrenamiento de militantes.

En ese marco, Rusia respondió a las acusaciones de que estaba atacando a grupos que no eran del EIIS, con una propuesta, de que cualquier país que sepa sobre grupos rebeldes específicos que estén luchando en contra del EIIS debe compartir la información con Rusia para que puedan mejorarse las operaciones en su contra.

Doble objetivo

En realidad, las operaciones de Rusia tienen como objetivo al EIIS y también al Ejército de Conquista, la facción rebelde yihadista creada y financiada por los saudíes que está dominada por el Frente Nusra, la filial siria de Al-Qaeda. El Ejército de Conquista ha atacado al enclave alauita en la costa norte del Mediterráneo, y los despliegues rusos en la zona de Latakia han contrarrestado esta ofensiva.

Paralelamente, el gobierno turco emitió declaraciones en donde negó las acusaciones de que Turquía estaba en un grave conflicto con Rusia por los despliegues de Rusia en Siria. El primer ministro en funciones (pendiente del resultado de las próximas nuevas elecciones), Ahmet Davutoglu, confirmó que las relaciones ruso-turcas eran amistosas y de vecinos, y que existe ahora una comisión entre ambas fuerzas armadas para hacerse cargo de los asuntos de evitar los conflictos entre las dos naciones. Dejó en claro que la situación en Siria no va a crear una crisis en las relaciones turco-rusas.

En otra señal de la situación cambiante a partir de que empezó la campaña de bombardeo rusa en Siria, funcionarios iraquíes dejaron en claro que ellos quieren que Rusia ayude en el combate contra el Estado Islámico (EI) en Iraq. En “Russia Today” citan a Hakim al-Zamili, presidente de la Comisión de Defensa del parlamento iraquí: “Pudiéramos vernos forzados a pedirle a Rusia que lance ataques aéreos en Iraq pronto. Yo creo que en los próximos días o semanas, Iraq se va a ver forzado a pedirle a Rusia que lance ataques aéreos, y eso depende de su éxito en Siria. Nosotros procuramos ver que Rusia tenga un papel más destacado en Iraq. Sí, definitivamente un papel mayor que el de los estadounidenses”.