Las fuerzas israelíes que operan en los territorios ocupados de Cisjordania arrestaron este miércoles a cinco palestinos presuntamente involucrados en un tiroteo la noche anterior en el que murieron seis personas, entre ellos el atacante.

El Ejército israelí informó en un comunicado que los cinco detenidos están siendo interrogados. Según el Club de Prisioneros Palestinos, un grupo que representa a los presos palestinos actuales y anteriores, los arrestados son familiares del tirador.

Se trata del tercer ataque de este tipo en una semana y las autoridades israelíes temen que la tensión siga en aumento justo antes del mes sagrado musulmán de Ramadán, que coincide con las festividades judías y cristianas, por lo que aumentó su presencia tanto en las ciudades israelíes como en las cisjordanas.

El primer ministro israelí, Naftali Bennett, alertó este miércoles sobre una posible ola de violencia y anunció una reunión de los principales responsables de seguridad del país para revisar la situación.

Bennett, quien encabeza una heterogénea coalición de Gobierno que agrupa desde partidos judíos nacionalistas hasta agrupaciones palestinas, afirmó que el país «se enfrenta a una ola de terrorismo árabe asesino».

En las últimas semanas, Israel ha tomado medidas para evitar que se repita la violencia del año pasado, cuando la represión a las protestas israelíes en Jerusalén desembocó en una guerra de 11 días.

El plan inicial era suavizar las restricciones a los palestinos pero la nueva ola de violencia está complicando esos esfuerzos.

Las autoridades israelíes aún no han determinado si los ataques fueron organizados por grupos militantes o si los atacantes actuaron individualmente.

«Diaa Armashah, de 27 años, un palestino de la localidad cisjordana de Yabad, llegó a la calle Jabotinsky en Bnei Brak armado con un fusil de asalto M-16», informó la policía israelí en un comunicado.

Siguiendo a una calle cercana, disparó a dos ucranianos de 32 y 23 años, y, luego, mató a dos israelíes antes de ser confrontado por la policía, y uno de los oficiales murió en el tiroteo.

Con los hechos de este martes aumentó a 11 el número de muertos en ataques en Israel en la última semana, sin contar a los atacantes.

Las restantes víctimas eran tres israelíes de 29, 32 y 26 años, todos hombres.

Los dos ucranianos no fueron identificados por su nombre, aunque su embajada en Israel confirmó su nacionalidad y condenó los «atroces ataques terroristas».

Unos 15.000 ucranianos viven en Israel, pero desde la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, el país ha recibido a unos 20.000 refugiados procedentes de esa antigua república soviética, señaló una vocera del Ministerio del Interior.

Una fuente diplomática ucraniana citada por la agencia de noticias AFP dijo que eran trabajadores temporales que llevan años en Israel, a diferencia de los refugiados de la guerra.

Los funerales de dos de los israelíes se celebraron este miércoles, mientras que los del otro serán este jueves en Nazaret.

El presidente palestino, Mahmud Abas, que controla los territorios ocupados de Cisjordania, emitió una inusual condena de los ataques.

«El asesinato de civiles palestinos e israelíes solo agrava más la situación, cuando nos estamos esforzando por alcanzar la estabilidad», declaró en un comunicado transmitido por la agencia de noticias oficial palestina Wafa.

Ningún grupo palestino se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque.

El domingo pasado, dos policías israelíes murieron en un ataque armado en la ciudad norteña de Hadera.

La acción fue reivindicada por el grupo Estado Islámico (EI), en la primera vez desde 2017 que esa organización yihadista se atribuye un ataque armado en territorio israelí. Los autores fueron abatidos.

El 22 de marzo, un palestino vinculado a ese grupo islamista sunnita mató a cuchilladas y con un vehículo a cuatro israelíes, dos hombres y dos mujeres, en la ciudad sureña israelí de Beersheva.

El atacante fue identificado como un profesor condenado en 2016 a cuatro años de cárcel por planear viajar a Siria para luchar junto al EI y por hacer apología de esa organización.

El movimiento islamista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, consideró que el ataque del domingo fue una «respuesta natural y legítima a la ocupación», y a los «crímenes» de Israel.