En medio de una escalada de tensiones, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció hoy una ampliación de la ofensiva militar en la Franja de Gaza, calificándola como «la batalla de la civilización contra la barbarie». La operación busca, según Netanyahu, «exterminar» al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y devolver a los rehenes secuestrados por el grupo.

En un mensaje dirigido a los «amigos cristianos en el mundo» con motivo de la Navidad, Netanyahu expresó su deseo de buena voluntad y paz en la tierra, señalando la falta de estas condiciones en la región. La ofensiva ha resultado en la muerte de 166 palestinos en las últimas 24 horas, según informes.

Netanyahu afirmó que la operación tomará tiempo, pero Israel está decidido a luchar hasta el final para destruir a Hamas y garantizar la seguridad de la región. Estos anuncios se producen en un contexto de continuos ataques a la Franja de Gaza por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel, con un saldo de más de 20,000 personas afectadas por los ataques israelíes desde el 7 de octubre.

La respuesta internacional ha sido variada, con el presidente estadounidense, Joe Biden, instando a Netanyahu a proteger a la población civil. Estados Unidos sigue expresando su apoyo a Israel, pero cada vez más insta a una reducción de la intensidad de la ofensiva.

La escalada de violencia también ha dejado un alto costo humano, con más de 20,000 palestinos muertos y la mayoría de las víctimas siendo menores y mujeres. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, espera que la Navidad traiga un alto el fuego en Gaza y reiteró el deseo de avanzar hacia «un Estado independiente palestino con Jerusalén como capital».

El conflicto ha generado preocupación a nivel internacional, con la comunidad instando a la contención y la búsqueda de soluciones diplomáticas. Mientras tanto, la población de Gaza enfrenta condiciones precarias, con la mayoría de los hospitales fuera de servicio y altos niveles de inseguridad alimentaria y sanitaria.