La designación de Kim Yo-jong para negociar con Estados Unidos y Corea del Sur supone más poder para la hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, mientras Corea del Norte aguarda el resultado de las elecciones estadounidenses del 3 noviembre para definir su política hacia Washington y Seúl.

La hija menor del fallecido líder norcoreano Kim Jong-il fue nombrada esta semana para cumplir con esta tarea en momentos en que Pyongyang atraviesa una profunda crisis económica, provocada por las sanciones impuestas por las Naciones Unidas y las recientes inundaciones en la península.

El Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur (NIS, por sus siglas en inglés) aseguró que Kim Yo-jong, de 32 años, ya se desempeña como «segunda al mando», y dijo que si bien hubo una «delegación de poder», aún la hermana del líder norcoreano no fue designada como su sucesora.

Kim Yo-jong «ya mostró su poder de decisión» cuando el 16 de junio pasado ordenó la voladura de edificio de enlace entre las dos Coreas en la ciudad fronteriza de Kaesong, dijo a Télam Bárbara Bavoleo, coordinadora del Centro de Estudios coreanos del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), de la Universidad Nacional de La Plata.

En cuanto a si el trabajo de Kim Yo-jong mejorará las relaciones con Corea del Sur, la analista señaló: «No. No creo. Quizá su papel esté destinado al liderazgo interno de Corea del Norte, debido a la crisis económica que afronta Pyongyang».

«Yo, particularmente, pienso que las sanciones impuestas por las Naciones Unidas están impactando en la economía de dicho país», afirmó Bavoleo.

La analista señaló que «algunos informes han relacionado el ascenso de Kim Yo-jong con el deterioro de la salud de Kim», de 36 años, y afirmó que «estas especulaciones también sucedieron en el pasado con su padre Kim Jong-il».

En 2018, Kim Yo-jong fue la primera miembro de la dinastía comunista norcoreana en visitar Corea del Sur como parte de la delegación que asistió a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang, ciudad ubicada en el este de ese país.

También acompañó a su hermano en varias cumbres internacionales, incluida la reunión que mantuvo con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, a fines de abril de 2018.

El líder de Corea del Norte se reunió con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Singapur, el 12 de junio de 2018, y en Hanoi, Vietnam, el 28 de febrero de 2019, respectivamente, con el fin de lograr un acuerdo que limite el ambicioso programa nuclear norcoreano.

Trump, quien calificó a Kim como «el pequeño hombre cohete», a raíz de los ensayos atómicos de Pyongyang, se convirtió en el primer presidente estadounidense que visitó la zona desmilitarizada entre las dos Coreas, el 30 de junio de 2019.

Pero el mandatario republicano no pudo lograr hasta la fecha un acuerdo con Pyongyang para desnuclearizar la península coreana.

Si el candidato demócrata Joe Biden gana la presidencia de Estados Unidos, la política estadounidense hacia Corea del Norte estará focalizada en un trabajo diplomático junto con otros aliados de la Casa Blanca, más que en una relación personal con Kim, dijeron a la prensa asesores de campaña.

Trump, por su parte, dijo que si es reelecto presidente alcanzará «rápidamente» un acuerdo con Pyongyang por su programa nuclear.

Paradójicamente, en noviembre de 2019, Trump salió en defensa de Biden, exvicepresidente de Barack Obama, luego de que Kim lo calificara como un «perro rabioso» que «debería ser golpeado hasta la muerte».

El 15 de junio, durante un debate en el estado de Iowa, Biden advirtió que no se reunirá con Kim jong-un «sin condiciones previas», y dijo que los tres encuentros que Trump mantuvo con el líder norcoreano fueron un regalo que le dio «legitimidad».

Al respecto, Tong Kim, columnista del diario The Korea Times, señaló que «en enero de 2021, después de las elecciones de Estados Unidos, Pyongyang tendrá una mejor idea de lo que debe hacer con Washington y Seúl».

En un artículo publicado esta semana en dicho rotativo, el analista dice que,»mientras tanto, (Corea del Norte) continuará luchando por permanecer a flote en el fango de las dificultades económicas».