La Agencia Internacional de Energía (AIE) vaticinó en su informe trimestral publicado este martes que, si se dan algunas condiciones muy factibles, que la demanda de gas de China podría poner en jaque el suministro en Europa, aún más considerable que el corte de suministro del fluido por parte de Rusia.

En tal sentido, la vulnerabilidad de Europa puede agravarse debido al primer análisis que hizo la AIE: “Un tiempo invernal inusualmente suave en el hemisferio norte, combinado con entradas sostenidas de gas natural licuado (GNL) y existencias adecuadas de gas almacenado, presionaron a la baja los precios al contado europeos y asiáticos. No obstante, el equilibrio mundial del gas es frágil y existen varias incertidumbres en 2023″.

Además, en un capítulo del reporte denominado “La gran incógnita: la demanda de GNL de China en 2023”, la AIE expuso que durante 2022 cayeron un 21 % las entregas netas de gas en comparación con los datos de 2021 y que las mismas jugaron un rol “clave” en Europa ya que logró aumentar los envíos de GNL en un 63 %, compensando así los volúmenes rusos perdidos.

Según consignó RT, “No obstante, el desplome de las importaciones chinas estuvo vinculado con «un conjunto único de factores» como los elevados precios de GNL al contado, la ralentización del crecimiento económico y las cuarentenas bajo la desmantelada política de “cero Covid”. La AIE considera que es improbable que un escenario similar «con la misma combinación» de factores se repita este año.

Los vaticinios de la organización consideran que Pekín crecerá hasta un 35 % durante el presente año si los costos siguen bajando y la economía china exhibe un rápido crecimiento.

Si es así, durante 2023 China puede aumentar sus importaciones de GNL como lo fueron en 2021, en un contexto expuesto por el informe que revela la existencia de una diferencia importante de metros cúbicos entre las estimaciones más bajas y las más altas de importaciones netas de GNL para este año.

En tal sentido, la AIE señaló: «Este rango es mayor que la incertidumbre asociada con la potencial pérdida del resto de los suministros gasísticos de Rusia a Europa».