Un 62% de los brasileños considera que la crisis que sacude al país se resolvería con la salida de la presidenta Dilma Rousseff así como la de su vicepresidente y la convocatoria a nuevas elecciones, según un sondeo de Ibope divulgado el martes.

Un 25% se mostró a favor de la permanencia de Rousseff, que enfrenta a un proceso de destitución, mientras apenas un 8% consideró que el vicepresidente Michel Temer, que reemplazaría a la mandataria en caso de que ésta sea alejada del poder, podría resolver el trance en que se encuentra el gigante sudamericano.

El sondeo muestra que el terremoto político ha afectado la opinión de los brasileños sobre su democracia: apenas un 14% dice estar satisfecho con el funcionamiento de este sistema de gobierno en Brasil, el menor índice desde 2008, mientras un 83% se declara «poco o nada satisfecho».

Rousseff inició su segundo gobierno en enero del año pasado y está acusada de maquillar las cuentas públicas en 2014, año de su reelección, y en 2015, cuando la economía brasileña entró en recesión.

La defensa de la presidenta asegura que no se ha cometido ningún crimen y alega que todo se trata de una tentativa de golpe para sacarla del poder.

El proceso inició esta semana su camino en el Senado tras su aprobación el 17 de abril en la Cámara de Diputados. Si el Senado aprueba la apertura del juicio, la mandataria será apartada del cargo por hasta 180 días a la espera de una decisión definitiva de los senadores.

Si Rousseff es apartada definitivamente del poder, Temer asumiría la presidencia hasta el fin del mandato en 2018.

Nuevas elecciones sólo podrían ser convocadas en caso de que Rousseff y Temer renuncien a sus cargos o de un proceso que cuestione la elección de esta fórmula en 2014, como el que lleva adelante en paralelo la justicia electoral.

El Tribunal Superior Electoral investiga si la campaña electoral de la fórmula Rousseff-Temer se benefició de dineros provenientes de la red de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.