El nuevo Congreso de los Diputados y el Senado español inauguraron este martes sus sesiones con tensión ante la inédita presencia de los cinco secesionistas catalanes presos que fueron elegidos en las urnas y podrían ser suspendidos de sus cargos.

El ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras, el ex activista Jordi Sánchez, los ex consejeros Josep Rull y Jordi Turull, en el Congreso, y Raul Romeva, en el Senado, fueron los protagonistas en ambas Cámaras ocupando sus escaños, tras ser recibidos con aplausos por sus compañeros y sentarse junto a los representes de Unidas Podemos.

La entrada de los secesionista dejó también algún grito de «¡fuera!», y un gesto simbólico en el saludo entre Junqueras y el líder del partido de izquierda Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

El Tribunal Supremo español, que en la víspera ya permitió que los presos secesionistas salieran de prisión para acreditarse como parlamentarios, autorizó que acudieran este martes a la apertura de las sesiones, aunque les prohibió hacer declaraciones o mantener reuniones.

A pesar de ello, la jura de la Constitución va a dar a los secesionista la oportunidad de denunciar su condición de «presos políticos» así como la defensa de la independencia de Cataluña, adelantó Gabriel Rufián, vocero de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya).

La primera decisión que adopte la Mesa del Congreso – el órgano directivo – será resolver si suspende o no a los diputados secesionistas, una posibilidad que recoge el reglamento de la Cámara Baja.

Los cinco políticos secesionistas electos en los comicios del 28 de abril están en prisión provisional mientras son juzgados por su participación en la organización del referéndum independentista de Cataluña de 2017 y en una declaración unilateral de secesión de España, que las autoridades judiciales declararon ilegal.

Su eventual suspensión, que apoyan socialistas, conservadores y liberales, tendría un efecto en el cambio de la mayoría del Congreso y, por lo tanto, en la reelección del presidente Pedro Sánchez, a menos que los secesionistas renuncien a sus escaños.

«Exigimos a la mesas que suspendan a los presos que dieron un golpe de estado y humillaron a toda España», dijo la diputada Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos en Cataluña.

Del otro lado, la vocera de Unidas Podemos, Irene Montero, defendió la presencia de los secesionistas: «creemos que debe imperar el sentido común, estas personas no están aquí porque quieran, lo han decidido los ciudadanos con sus votos», dijo.

La nueva legislatura estuvo marcada también por el estreno de los ultraderechistas de Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, se aseguró el foco sentándose detrás de Sánchez.

Nueva presidenta del parlamento

La socialista catalana Meritxell Batet fue elegida hoy presidenta del Congreso de los Diputados español, convirtiéndose en un símbolo de la apuesta por el diálogo del presidente Pedro Sánchez en el marco del conflicto secesionista de Cataluña.

Sin sorpresas, Batet se impuso en segunda votación con 175 votos frente a la conservadora Ana Pastor (125), a quien sucederá en el cargo.

La diputada barcelonesa, de 46 años, asumió en junio pasado como Ministra de Política Territorial, en lo que ya había sido un gesto de Sánchez hacia Cataluña, y ahora será la encargada de gestionar el Parlamento en una legislatura histórica, con presencia por primera vez de la extrema derecha y de diputados secesionistas en régimen de prisión provisional.

Su primer y difícil escollo está precisamente en la decisión que debe tomar la Mesa del Congreso respecto a si suspende o no a los secesionistas presos que están siendo juzgado por rebelión que hoy asumieron sus cargos.

«Sánchez y sus socios eligen presidenta del Congreso a Batet. Por primera vez preside la Cámara nacional alguien que no defiende la soberanía nacional de todos los españoles. Estaremos vigilantes: no permitiremos que traspasen ni un milímetro la Constitución», dijo el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en Twitter.

Profesora de Derecho Constitucional, la nueva presidenta del Congreso de los Diputados demostró ser una diputada atípica, capaz de romper la disciplina cuando la política con mayúsculas así lo requería.

En 2013, Batet se reveló para defender el «derecho a decidir» -a un referéndum- de los catalanes, y en 2016 hizo honor a Sánchez siendo una de las diputadas que votó en contra la investidura del conservador Mariano Rajoy.

También el Senado tendrá a un presidente socialista catalán con la elección de Manuel Cruz, quien resultó electo gracias a la mayoría que el PSOE ostenta en la Cámara alta.

Cruz fue propuesto por Sánchez después de que los independentistas vetaron en el parlamento catalán a su primera opción, Miquel Iceta.

«Se especuló mucho por su procedencia, pero ellos representan todo lo mejor que siempre hemos representado los socialistas: lealtad al Estado, respeto a las instituciones y vocación de diálogo y tender puentes con los grupos. Son catalanes al servicio de España y españoles al servicio de Cataluña», destacó Sánchez al defender las candidaturas de Batet y Marin en una reunión del PSOE en el Congreso antes de un histórico comienzo de una nueva legislatura en España.