Camerún se prepara este lunes para una larga espera, que puede ser de dos semanas, para conocer los resultados de la elección presidencial del domingo marcada por una alta abstención y los disturbios en las regiones anglófonas del país.

El presidente Paul Biya, de 85 años, en el poder desde 1982 y aspirante a un séptimo mandato consecutivo, es frente a siete candidatos en liza el favorito de las elecciones, pese a la guerra que se instaló a finales de 2017 en el Camerún anglófono, después de más de un año de crisis sociopolítica que degeneró en un conflicto armado.

Los datos de cada colegio electoral deben ser transmitidos al Consejo Constitucional, único habilitado para proclamar los resultados en un plazo de hasta 15 días tras las elecciones.

Cientos de separatistas armados combaten con violencia y a diario al ejército camerunés.

Más de 175 miembros de las fuerzas de defensa y seguridad del país murieron, así como 400 civiles. No hay balances disponibles del lado separatista.

En las dos regiones anglófonas hubo disturbios durante las elecciones del domingo, en las que participaron muy pocos votantes.

Además, en la región del Extremo Norte, el ejército también está desplegado para combatir a los yihadistas de Boko Haram, que lanzan repetidos asaltos desde 2014 contra la población camerunesa.